El Kuga híbrido enchufable de última generación es un SUV deportivo de lujo y algo menos todoterreno que sus predecesores. Dispone de un sistema de propulsión muy eficiente de 225 CV de potencia conjunta, homologa una autonomía eléctrica de hasta 64 km y un consumo de gasolina más que razonable. Tiene tracción delantera, cambio automático, habitáculo espacioso y confort evolucionado. La unidad probada, con acabado ST-Line y descuentos de marca se puede adquirir desde 40.020 euros.
Ford alinea en su gama SUV al nuevo Kuga como un vehículo esencialmente apto para el uso cotidiano, junto a los compactos Puma y EcoSport; y en el campo de los 4x4 auténticos asumen la representación de la marca los todoterrenos puros como el Explorer, el próximo Bronco (a finales de 2023) y la pick up Ranger con todas sus variantes de carrocería. Eso sí, este Kuga ecológico tiene un ejército de competidores.
Muchos competidores por la moda SUV
Sólo con semejanzas del Kuga probado, como la propulsión híbrida enchufable y la tracción delantera, tiene 11 alternativas. Ellos son: el Citroën C5 X Hybrid ë de 225 CV; El Cupra Formentor VZ 1.4 e-Hybrid de 245 CV; el DS7 Rívoli E-TENSE de 225 CV; el MG EHS Plug-in Hybrid de 258 CV; el Opel Grandland GS PHEV de 224 CV; el Peugeot 3008 GT Hybrid e-EAT8 de 225 CV; y el SEAT Tarraco 1.4 e-Hybrid de 245 CV. Con menor potencia, pero el mismo concepto figuran: el Mazda MX-30 e-Skyactiv R-EV de 170 CV; el Mitsubishi ASX PHEV de 160 CV; el Renault Captur E-TECH PHEV de 160 CV; y el Kia XCeed eDrive 1.6 PHEV de 141 CV.
Centrándonos en el Kuga de esta prueba, podemos decir que el argumento más favorable es su consumo y autonomía eléctrica. En esto ofrece una clara mejora respecto a su predecesor de 2020. Antes en ciclo híbrido homologaba 1,4 litros por cada 100 km, y ahora es de 1,0/100 km. Lo mismo con la autonomía eléctrica, que era de 56 km, ahora es de 64 km. Estos son datos oficiales, aunque más realistas con el protocolo WLTP se pueden conseguir con mucho esfuerzo. No obstante, en conducción normal nos ha garantizado un mínimo de 50 km de autonomía eléctrica en recorrido mixto y hasta 57 km en ciudad. En cuanto al gasto de gasolina hasta acabar la carga eléctrica hemos registrado 5,4 y 5,6 litros/100 km.
Consumo ajustado hasta con batería descargada
Los datos obtenidos en esta prueba son buenos para un vehículo de semejante potencia y envergadura. Lo más interesante es que, a diferencia de otros modelos, este Kuga con la batería descargada difícilmente supera los 7,0 litros/100 km. En nuestro test sin carga eléctrica 6,8 litros/100 km. Algo curioso, con la batería a cero de electricidad por momentos funciona el motor eléctrico y garantiza el avance en modo híbrido. Esto indica que tiene una reserva de energía alimentada por el motor de combustión al mismo tiempo que la gasta. Por lo tanto, en un viaje largo, la autonomía total partiendo de carga eléctrica al 100% y no volver a cargar en carretera, supuestamente en un viaje de 400 km, puede ser de unos 675 km, y más si tuviese un depósito de combustible con mayor capacidad, el de este Kuga solo tiene 45 litros, como el de un compacto utilitario.
En cuanto a comportamiento dinámico podríamos decir que es impecable, con un estilo de conducción similar al de un turismo. Las suspensiones son algo firmes y el centro de gravedad es más bajo respecto al resto de versiones de la gama, debido a la instalación de la batería, en el centro de la parte inferior del chasis. La altura libre de 16 centímetros tampoco le permite mucha circulación fuera del asfalto, sobre todo si el terreno es accidentado. En autovía o autopista no pierde confort de marcha, pero sí en carreteras en mal estado o con muchos baches, porque filtra poco las irregularidades. No obstante, no hay crujidos de ningún tipo, por el buen ajuste de todas sus piezas. La dirección tiene buen tacto tirando a dócil, pero no deja de ser precisa y da confianza al que conduce.
Habitáculo con más lujo
El interior mantiene su buena habitabilidad y cotas similares a las de su predecesor. Destaca por su buen espacio longitudinal para las piernas delante y detrás. El acceso es fácil por las cuatro puertas, que son bien grandes. El nuevo Kuga mantiene el diseño del salpicadero, el de la consola y el del cuadro de instrumentos, aunque los materiales son de mayor calidad y con detalles más cuidados. El puesto de conducción es ergonómico, con todos los mandos al alcance de las manos y sin que haya necesidad de desviar la vista de la carretera. Los respaldos de los asientos delanteros tienen mesitas que benefician a los ocupantes de las plazas traseras y que son para trabajar o comer. El maletero de esta unidad pierde alrededor de un 12% de su capacidad por los nuevos componentes de la versión híbrida enchufable, sin embargo conserva una superficie muy aprovechable.
Dotación muy completa
El acabado ST-Line cuenta con una pantalla táctil de 8 pulgadas de posición diferente a la del modelo anterior. La nueva no está insertada en medio del salpicadero y se levanta de la parte superior del mismo en modo vertical y con mejor visión para el conductor. Dicha pantalla controla, además de las funciones esenciales del coche, el sistema multimedia, las conexiones y la navegación. Comparte algunos mandos con el volante y algunas informaciones se pueden leer también en el centro del cuadro de instrumentos, entre los dos relojes circulares y en una lámina transparente (Head-up display) que proyecta la velocidad a la que se va y la obligatoria en cada trayecto frente al conductor sin que tenga que desviar la vista.
La dotación de serie del Kuga PHEV con acabado ST-Line X es bastante completa. Entre los sistemas y dispositivos más interesantes y novedosos, además de los ya obligatorios, figuran: alarma de cambio involuntario de carril, alerta acústica para peatones, control automático de luces cortas y largas, asistencia de frenada de emergencia, control de crucero con limitador de velocidad, cámara de visión trasera, luz de freno de emergencia, luces automáticas, luz diurna LED, ordenador de viaje, selector de modos de conducción, retrovisores exteriores con calefacción, suspensión deportiva, acceso y arranque sin llave, climatizador bizona, iluminación interior ambiental, lunas tintadas, retrovisores exteriores eléctricos plegables, portón trasero de cerradura eléctrica ‘manos libres’, tapicería mixta textil/cuero, 2 puertos USB, acceso WiFi, cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas, pantalla central táctil multifunción de 8”, barra de techo negras, pedales de aluminio, pinzas de freno rojas, navegador, conexión Bluetooth para móviles, radio digital y más.
Principales opciones
En opción con sobreprecio puede incorporar: alerta de tráfico cruzado, aparcamiento asistido ‘Park Assist’, control de crucero adaptativo, techo panorámico, cámara de visión delantera, detector de vehículos en ángulo muerto, reconocimiento de señales de tráfico, asientos delanteros con ajuste eléctrico, asientos delanteros y traseros con calefacción, volante con calefacción, Head-up Display, pintura metalizada, gancho de remolque desmontable o retráctil, red para el maletero, carga de smartphone por inducción y alarma antirrobo, entre lo más esencial.
Ficha técnica
Ford Kuga ST-Line X 2.5 PHEV 225 CV
Dimensiones
Longitud: 4.614 milímetros
Anchura: 1.883 milímetros
Altura: 1.675 milímetros
Batalla: 2.710 milímetros
Peso: 1.844 kg
Depósito combustible: 45 litros
Maletero: 411 / 581 / 1.481 litros
Motor combustión
Tipo: gasolina, delantero transversal
Cilindros: 4 en línea
Cilindrada: 2.488 cc
Potencia: 152 CV a 5500 rpm
Par máximo: 200 Nm a 4500 rpm
Tracción: delantera
Cambio: automático
Motor eléctrico
Potencia: 132 CV
Par máximo: N.D.
Batería
Tipo: iones de litio
Capacidad: 14,4 kW
Potencia sistema híbrido: 225 CV
Prestaciones
Velocidad máxima: 200 km/h
Aceleración 0 a 100 km/h: 9,2 s
Consumo medio WLTP: 1 l/100 km
Emisiones CO2: 23 g/km
Etiqueta: CERO
Precio: desde 40.020 euros (ST-Line X)