Para muchos se ha convertido en el medio de transporte habitual a la hora de moverse por la ciudad y otros lo hacen por diversión. Por motivos muy diferentes, la motocicleta cada vez entiende menos de estaciones, y aunque la climatología influye en su utilización, son muchas las personas que se mueven a diario sobre dos ruedas, incluso cuando las condiciones se vuelven más adversas.
Independientemente del tipo de moto y del perfil del conductor, hay una serie de recomendaciones que serán de gran utilidad para cualquier persona que se desplace en moto en invierno. Y si queremos hacerlo con total seguridad, aquí van algunos consejos que nos brinda Bridgestone, cinco aspectos esenciales que ayudarán a tener una buena experiencia.
- No arranques con prisas. El caucho de los neumáticos necesita un tiempo extra para conseguir su temperatura óptima de funcionamiento a causa de las temperaturas invernales. Un caucho frío hace que disminuya el agarre a la carretera y la respuesta de los neumáticos que controlan la moto merma en gran medida. Conducir a un ritmo medio durante los 15 primeros minutos del recorrido permite que los neumáticos alcancen una temperatura adecuada que garantice un nivel óptimo de seguridad y rendimiento.
- Opta por la sílice. Son preferibles los neumáticos con alto contenido de sílice para atenuar el riesgo de deslizamiento que se multiplica en invierno. Integrada en los compuestos de caucho de los neumáticos premium, la sílice es un mineral arenoso que proporciona al neumático un mayor agarre en condiciones húmedas y frías. Aun así, incluso los mejores neumáticos enriquecidos con sílice no prevendrán todos los peligros del invierno. Mantener la atención sigue siendo esencial en áreas brillantes, frecuentemente sinónimo de hielo.
- Comprueba el perfil de tus neumáticos. No tienes por qué limitarte a utilizar el mismo perfil de neumático que el original. Por ejemplo, en invierno, para una roadster se puede optar por neumáticos Touring. Las tecnologías que se utilizan en los neumáticos Touring ofrecen un mejor agarre y una óptima evacuación del agua, reduciendo el riesgo de deslizamiento. Esto es solo un ejemplo entre muchos: identifica tus necesidades y pide consejo a un experto en neumáticos. Cuidado, ya que no todos los tipos de perfiles son compatibles. Por eso es importante corroborar tu elección con la ayuda de un profesional: por tu seguridad, pero también para que todo esté en regla.
- Comprueba el desgaste de los neumáticos con los indicadores. En la mayoría de los casos, los indicadores de desgaste son pequeñas protuberancias presentes en las ranuras del neumático. Cuando se alcanza el indicador, es necesario cambiar el neumático: la goma ya no es suficiente para garantizar un funcionamiento seguro, sobre todo porque las ranuras ya no tienen la suficiente profundidad para garantizar una correcta evacuación del agua. Además de los riesgos evidentes para la seguridad (especialmente en invierno por el aquaplaning), si conduces con los neumáticos desgastados podrían multarte en un control policial. Conviene saber que no es necesario cambiar los dos neumáticos al mismo tiempo. Esto tiene sentido, ya que el neumático trasero suele estar sometido a un mayor esfuerzo que el delantero y, por tanto, su vida útil es más corta.
- Y, por supuesto, adapta la conducción a las condiciones invernales. Es bien sabido que los suelos resbaladizos por la lluvia o por las heladas requieren conducir con más cuidado, lo que debe traducirse en una reducción de la velocidad y una conducción más suave, lo que te permite disponer de un margen de anticipación en caso de retenciones o frenadas de emergencia. Para mayor garantía, lo recomendable es doblar la distancia de seguridad. Las claves de una buena conducción en invierno son reducir la velocidad, anticiparse y respetar las distancias de seguridad.