Combina la comodidad superlativa de los grandes de las grades berlinas de la marca con una atractiva carrocería de estilo cupé.
Si a esta combinación, le añadimos unas buenas dosis de tecnología y un fantástico y potente motor V6 de gasolina de 333 CV, el resultado roza la perfección para cualquier verdadero aficionado al automóvil.
Mide casi 5 metros de largo, 4,97 para ser exactos, y 1,91 de ancho, mientras que el maletero ofrece un volumen de 535 litros, una capacidad más que suficiente para el equipaje de los cuatro ocupantes que puede transportar en su interior. Si cuatro, pues su gran habitáculo está homologado para cuatro plazas solamente. Eso sí, todas ellas con asientos de cuero envolventes o deportivos opcionales (2.070 €), comodísimos y con una gran sujeción lateral.
Ciertamente, el A7 Sportback no es un modelo totalmente nuevo, pues esta es la segunda generación, a la que se le ha modificado el frontal, inspirado en el diseño ‘Singleframe’ de la marca de los aros, los nuevos paragolpes y, sobre todo, los nuevos grupos ópticos, de mirada penetrante, que le otorgan un aspecto muy diferente.
La unidad que hemos probado estaba equipada con los avanzados faros ‘Matrix LED’ (1.050 €) que, además de una mejor iluminación, incorporan unos intermitentes con funcionamiento secuencial en el sentido del giro, aportando un toque futurista al conjunto.
La parte trasera recibe dos colas de escape apaisadas, en los extremos del nuevo paragolpes, mientras que el enorme portón, de acusada caída y apertura eléctrica, se mantiene como seña de identidad de “nuestro” A7 que, además, se ve realzado por el paquete opcional ‘S Line’ (2.110 €) y las enormes llantas de 21 pulgadas (3.175 €). También incorpora un alerón trasero, que se eleva automáticamente a partir de 130 km/h.
Además de las versiones puramente deportivas, denominadas S7 y RS7, con 450 y 560 CV respectivamente, el motor 3.0 TFSI de seis cilindros en “V”, de 333 CV de potencia y 440 Nm de par, representa la opción más poderosa de la gama.
Apoyado en la refinada transmisión automática de doble embrague S Tronic de siete velocidades y en el afamado sistema de tracción total Quattro, alcanza unas prestaciones y dinamismo de infarto.
La velocidad máxima está limitada a 250 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 5,3 segundos, mientras que el consumo mixto es de 7,6 litros cada 100 kilómetros. La realidad es algo diferente pues, en nuestra prueba realizada por carretera, medimos 10,1 litros, mientras que, en los recorridos urbanos, el ordenador de a bordo mostró un consumo de 13,0 litros. En todo caso, consideramos que todos estos valores son muy buenos para una berlina tan potente, que roza las dos toneladas de peso.
A pesar de sus casi cinco metros de longitud, se desenvuelve por todo tipo de carreteras, incluso estrechas de montaña, con una agilidad asombrosa. Su elevada potencia y par motor están gestionados perfectamente por la transmisión y el diferencial deportivo, lo que nos permite salir airosos de todo tipo de trazados y condiciones de la vía, aunque estén resbaladizas.
Si hemos mencionado que sus prestaciones y tacto al volante están fuera de lo normal, hay que decir que el modelo probado estaba equipado con dos ‘extras’ opcionales que marcaban la diferencia. Se trata de la suspensión neumática adaptativa (2.475 €) y el diferencial deportivo Quattro (1.335 €), dos elementos totalmente recomendables para cualquier comprador aficionado al Automóvil con mayúsculas.
El propulsor es muy elástico y silencioso, a lo que ayuda la suavidad y rapidez de la transmisión automática S-Tronic, que inserta la marcha más adecuada al trazado, incluso antes de lo que haríamos nosotros. En conjunto es un vehículo extremadamente confortable o dinámico, en función de los deseos del conductor. Además, el control dinámico de la conducción ‘Audi Drive Select’, que monta de serie, permite seleccionar entre diferentes parámetros de la conducción, según el gusto de cada uno.
El equipamiento de serie es amplio y convincente, con airbags frontales, laterales, de cabeza y traseros, sistema de parada y arranque del motor Stop/Start, regeneración de la energía en las fases de frenado, asistente del arranque en pendientes, Audi Drve Select, faros LED, sensores de aparcamiento, control de velocidad de crucero adaptativo, sonido Audi Sound System con CD. MP3, 10 altavoces, pantalla de 6,5 pulgadas, control táctil MMI, Bluetooth…
Además, existe un buen número de opciones que se apuntan como ‘extras’ a sumar a los 72.430 € que cuesta el modelo sin ellos. Puede que el precio le resulte elevado, pero un cupé de representación como este se aproxima mucho al ideal de vehículo de lujo y deportivo al mismo tiempo.
J. Miguel Quintana –
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