Detalles atractivos, avanzada tecnología y un maletero de record arropan al pequeño familiar checo, que presume de nuevos motores.
El Fabia Combi, con carrocería de tipo familiar, es un coche muy práctico. Tiene una longitud de 4,26 metros, 26,5 centímetros más que su hermano de línea compacta. Es un tipo de carrocería muy apreciada en otros países europeos, pero que en España aún no acaba de gustar mayoritariamente.
En esta, la tercera generación del modelo checo, la evolución en términos de calidad y atractivo es evidente, lo que ayudará a modificar esos gustos de los que hablamos arriba.
Tanto la carrocería Combi como la berlina comparten las formas hasta el pilar central, pero la principal diferencia entre ambas es el incremento de 26,5 centímetros del voladizo trasero. Un aumento que incide directamente en los 530 litros de capacidad del maletero, una cifra de record entre sus rivales, sin contar con que, si abatimos los respaldos y las banquetas de los asientos traseros, el volumen llega a alcanzar los 1.395 litros.
Todo este espacio está trufado de numerosos elementos prácticos, que muestran la preocupación de la marca por facilitar la vida de sus usuarios. Así, dispone de un cubremaletero enrollable muy fácilmente, paneles divisores de la carga, ganchos para sujetar las bolsas de la compra, una práctica toma de corriente… y, aunque no sea lo más común, una rueda de repuesto.
Además, no hay que olvidar otros detalles poco frecuentes, como un rascador para el hielo, disimulado tras la tapa del depósito de gasolina, un soporte para el teléfono móvil, que ocupa el hueco del cenicero, e incluso una pequeña papelera que se puede colocar en el hueco interior de las puertas.
Repasando el habitáculo, nos damos cuenta de que ha sido objeto de una gran renovación. Presenta un diseño vistoso y elegante, utiliza materiales de mejor calidad, los ajustes son realmente buenos y el espacio para los ocupantes es generoso.
Dinámicamente, el Fabia Combi se beneficia de muchas de las virtudes de la plataforma transversal modular MQB del grupo Volkswagen, aunque no es exactamente la misma. En todo caso, le permite acceder a sistemas como la nueva dirección electromecánica, y compartir mucho del sistema eléctrico, lo que le da acceso a tecnologías innovadoras en materia de seguridad.
También han conseguido reducir el peso del vehículo en nada menos que 61 kilos. Todo esto, junto con las modificaciones en la suspensión, con muelles y amortiguadores más firmes en el eje trasero, sirve para potenciar la facilidad y seguridad en la conducción.
Puede equipar tres propulsores de gasolina y dos turbodiésel. Los de gasolina son, el 1.0 MPI atmosférico de 75CV y el 1.2 TSI de cuatro cilindros, con 90 o de 110 CV de potencia.
Los dos alimentados por gasóleo están basados en el 1.4 TDI de tres cilindros, con dos niveles de potencia, de 90 ó de 105 CV.
Todos los motores son de nueva generación y consumen de media un 17 por ciento menos que los anteriores.
Las cajas de cambio pueden ser manuales, de cinco o seis relaciones, o automáticas DSG de seis.
La versión que hemos probado es el 1.2 TSI de gasolina de 90 CV de potencia, equipado con cambio manual de cinco marchas realmente suave y agradable de manejar.
El propulsor es apetecible, capaz de entregar unas prestaciones muy notables. Acelera de manera muy progresiva, incluso en marchas largas, con la sensación de que suministra más potencia que la declarada. En caso de necesidad, permite subirlo de vueltas por encima de las 5.500 rpm, algo que admite sin el menor reproche, mientras que ofrece fuerza suficiente para adelantar desde las 1.400 vueltas.
Alcanza una velocidad máxima de 185 km/h, a cambio de un consumo medio homologado de 4,7 litros cada 100 kilómetros, que se han convertido en 6,2 litros después de nuestro recorrido de pruebas, con dos personas a bordo más equipaje.
El sonido que emite el motor es casi imperceptible desde el habitáculo, lo que ayuda a dar sensación de calidad, tanto de los materiales aislantes empleados como de la fabricación del modelo.
Como el resto de versiones, la unidad probada estaba equipada con el control electrónico del diferencial “XDS+”, asociado al control de estabilidad “ESP”, que demuestra ser un aliado perfecto para no perder motricidad al negociar las curvas más cerradas.
Según el acabado elegido, puede incorporar una completa dotación en términos de seguridad y confort, con un sistema de alerta por cansancio del conductor, un asistente al arranque en pendientes, una monitorización de la presión de los neumáticos, un aviso ante las colisiones inminentes, con función de frenada automática, sensores de lluvia e iluminación, control de velocidad de crucero, sensores de aparcamiento delanteros y traseros…
En cuanto a conectividad, incorpora nuevas funciones, como las denominadas “SmartGate” y “MirrorLink”. Esta última permite conectar con el vehículo un teléfono inteligente para usar las aplicaciones en él descargadas.
La versión que hemos probado: 1.2 TSI de 90 CV de gasolina, con el acabado “Active”, tiene un precio de 14.140 €, mientras que el modelo de acceso 1.0 MPI de 75 CV “Active” se queda en 13.640 €.
Si está buscando un coche de buen precio, espacioso, de buena calidad y movido por motores modernos y de bajo consumo, este puede ser el suyo.
J.Miguel Quintana –
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