Cada vez es mayor el número de viajeros que se preocupa por el medio ambiente y lo ha convertido en una filosofía de vida. La singularidad del hotel Barceló Tenerife lo convierte en un destino de turismo sostenible al estar diseñado para vivir una experiencia en contacto directo con el entorno que lo rodea.
Situado al sur de la isla de Tenerife, en el municipio de Los Abrigos, a unos minutos del aeropuerto Tenerife Sur, es un moderno establecimiento ubicado en primera línea de playa y rodeado de naturaleza volcánica, con un diseño que se integra en el paisaje reduciendo el impacto medioambiental y manteniendo su apuesta por el turismo sostenible.
Además de su estratégica situación en la isla, está ubicado junto a un espacio que es patrimonio natural y cultural de Tenerife, la Reserva Ambiental de San Blas, que se ha mantenido igual durante cientos de miles de años, permitiendo conocer los efectos de los diferentes episodios eruptivos que ha sufrido la isla a lo largo de su historia.
El hotel cuenta con siete piscinas exteriores, una de ellas exclusiva para los más pequeños y otra climatizada que viene muy bien en los meses más fríos del año. También tiene un lago artificial dentro de sus instalaciones en el que se los huéspedes pueden desplazarse en kayak.
La gastronomía es uno de los puntos destacados de este establecimiento, con una selección de restaurantes que ofrecen platos para todos los paladares. A la hora de degustar arroces de autor, los visitantes podrán elegir Arrozante, situado frente al mar y con una amplia terraza, y los amantes de la pasta tienen el restaurante italiano Trattoria Dolce Vitta.
Es un lugar adecuado para quienes deseen practicar el golf, pues cuenta con dos campos de 18 hoyos cada uno, Amarilla Golf y Golf del Sur, diseñados por Donald Steel y Pepe Gancedo, y remodelados por Manuel Piñero, sumando un total de 900.000 m2.