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En la nieve, una buena protección ocular evitará daños en la vista
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Esquiador realizando un descenso. Foto Baqueira Beret
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Las gafas con filtro solar protegen de la fotoqueratitis. Foto Pexels - Yaroslav Shuraev

Consejos para proteger la vista en la nieve

05 de diciembre de 2023

El reflejo del sol en las montañas nevadas puede causar quemaduras en la superficie del ojo y provocar fotoqueratitis, una afección visual conocida como ceguera u oftalmia de la nieve.

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A comienzos del mes de diciembre empiezan a abrir las estaciones de esquí con el arranque de la temporada invernal, y este año la primera cita para los amantes de los deportes de invierno coincide con el puente de la Constitución o Purísima. Serán muchos los aficionados que se acerquen a las estaciones que hay abiertas, y en su equipo no deben olvidar una buena protección para los ojos.

 

Proteger los ojos durante la práctica del esquí o de cualquier otro deporte invernal es fundamental para realizar las actividades de forma segura, ya que el reflejo de la luz sobre la nieve potencia los efectos de una exposición prolongada a la radiación ultravioleta y puede causar quemaduras en la superficie del ojo, provocando fotoqueratitis, también conocida como ceguera u oftalmia de la nieve.

 

Según explican los expertos de Clínica Baviera, la fotoqueratitis es un problema visual generado por los rayos ultravioleta procedentes del sol, y para prevenirlo es necesario utilizar gafas de sol con un filtro adecuado, además de gorra o sombrero. “El sol puede quemar los ojos al igual que hace con la piel, en este caso lo que hace es dañar la capa superficial de la córnea y la conjuntiva, así como el interior del párpado. Si a esto le añadimos que estamos en la montaña donde la altitud suele ser muy elevada el daño puede ser mayor”, asegura el doctor Fernando Llovet, oftalmólogo cofundador de Clínica Baviera. Esto se debe a que se estima que la nieve refleja un 80% más la radiación ultravioleta que otras superficies. Además, cuando nos encontramos a mayor altitud, la atmosfera es más delgada y hay menos filtración de la radiación UV.

 

Enrojecimiento, dolor, hinchazón, visión borrosa, sensibilidad a la luz, sensación arenosa, inflamación de la conjuntiva o dolores de cabeza pueden ser algunos de los síntomas que se producen como consecuencia de la exposición al sol durante la práctica del esquí, snowboard u otros deportes en nieve. “Estos síntomas pueden desaparecer entre las 6 y las 48 horas después de la exposición al sol, pero es importante tener el tiempo de exposición en cuenta, porque cuanto más estemos expuestos sin protección, mayores serán los daños”, advierte el doctor. Algunos de esos daños pueden derivar a largo plazo en problemas relacionados con el envejecimiento de la piel del contorno y de los propios ojos, desarrollo de cataratas y otras dolencias más graves.

 

La utilización de elementos de protección como sombreros, gorras o viseras, realizar descansos en la sombra o utilizar protector solar en el contorno de ojos y párpados, además de utilizar gafas de sol que bloquean eficazmente la radiación ultravioleta son algunos de los métodos para prevenir estos problemas. .

 

“En el caso de la alta montaña, que es donde se suelen practicar estos deportes, lo aconsejable son las gafas de filtro de categoría 4, que es una lente muy oscura que absorbe el 82 y 92% de la luz y son las más adecuadas para sol extremo como el de la nieve. Además, también nos protegerán del viento que puede irritar también los ojos o favorecer que nos entre un cuerpo extraño en el ojo”, explica el doctor Llovet. Además, es conveniente que presten una visión periférica para evitar la distorsión lateral, que se ajusten correctamente con una cinta regulable para evitar su movimiento o caída durante la actividad, y que tengan lentes resistentes a los impactos, una montura flexible y mejor que tengan la opción de anti-empañamiento.

 

En caso de notar molestias tras la práctica de deportes en la nieve lo aconsejable es evitar la radiación solar e incluso aislarse en una habitación oscura. Además, si se es usuario de lentillas es conveniente quitárselas para evitar una mayor irritación. “También puede resultar de ayuda colocar un paño frío sobre los ojos cerrados, usar lágrimas artificiales y no frotarse los ojos”, recomienda el doctor Llovet. En caso de que los síntomas persistan será necesario acudir a un oftalmólogo para valorar el daño y orientar sobre el tratamiento más adecuado a seguir.

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