Las grandes llantas de 19 pulgadas son el único elemento exterior que presume de la imagen del caballo salvaje insertada en el centro, pero su personalidad es tan evidente que, aunque carezca del logotipo presidiendo el centro de la parrilla frontal, cualquiera que lo ve y lo oye sabe que es un Mustang y queda fascinado ante su formidable estampa.
La magia del Mustang se evidencia cada vez, al coincidir con otros conductores o viandantes, cuando quedan prendados ante sus poderosas líneas, ahora más fluidas y aerodinámicas, y su alargado morro, con todo su encanto.
Interior agradable
La calidad y ambiente del habitáculo es agradable a la vista y al tacto, con ajustes correctos y un moderno cuadro de relojes digital, pero sin llegar a la excelencia de las marcas alemanas Premium.
Hay aspectos positivos, como las tres salidas de aire circulares inspiradas en los icónicos Mustangs de antaño y el largo capó y amplios asientos desde los que ofrecen una visión dominante de la carretera.
Este deportivo americano y el que esto escribe preferimos los botones en lugar de pasar por menús y sub-menús de una pantalla táctil; aunque es verdad que hay que habituarse a manejar las innumerables teclas en el volante, además de las palanquitas metálicas, situadas por delante del cambio, que seleccionan el modo de conducción.
Configuración bi-plaza
Aunque el habitáculo cuenta con cuatro asientos, los traseros son poco utilizables dada la poca altura en la zona posterior y el escaso espacio para los pies de los pasajeros. En lugar de para personas, estos asientos servirán mejor como segundo maletero; el principal, de 332 litros de capacidad, es bien utilizable a pesar de que la boca de carga es estrecha. La rápida y eficaz capota de lona se pliega o extiende silenciosamente en 11 segundos
Poderoso en potencia y sonido
Disfrutar de un gran motor atmosférico de cinco litros de cilindrada y 8 cilindros en V se pude considerar como un privilegio en estos tiempos de restricciones.
Sólo hay que pulsar el botón de arranque para percibir un sonido potente y armónico, sin filtros; un ronroneo que encandila a cualquier aficionado al motor, sin necesidad de petardeos y sistemas de audio artificiales con los que nos obsequian modelos deportivos de otros fabricantes.
El propulsor V8 no es nuevo, pero se ha renovado profundamente a base de una inyección dual directa-indirecta que sube por encima de las 7.000 rpm, donde alcanza los 450 CV de potencia, con una suavidad encomiable desde poco más del régimen de ralentí. No es necesario pisar fuerte el acelerador para sentirlo poderoso, dado su enorme para motor, pero recompensa con una aceleración fulgurante a medio régimen e invita a seguir acelerando mientras truenan las cuatro colas de escape y la cara del conductor dibuja una sonrisa tonta.
Automático de diez relaciones
La caja de cambios automática de diez marchas, del tipo de convertidor de par, que equipa de serie, provoca pequeñas sacudidas en las transiciones. Son demasiadas velocidades para un uso deportivo, cambiando con las levas, pues es fácil que el conductor se haga un lío al subir y bajar de marchas.
Además, la gran potencia y fantástica elasticidad de este propulsor las hace innecesarias pues el salto de revoluciones entre cada marcha es mínimo. Al final, decidimos dejar este trabajo al mecanismo automático, que lo hace estupendamente sin rechistar.
Dicen en Ford que esta maravilla de caja de cambios sirve para reducir el consumo, aunque no hemos conseguido bajar de los 11,5 l/100 km homologados ni conduciendo a un ritmo suave. En cualquier caso, el feliz propietario de este Mustang no estará muy preocupado por ello.
Comportamiento
La dirección tiene buen tacto, con una asistencia que puede elegirse entre tres niveles de dureza. Lo peor viene por su escaso ángulo de giro y maniobrabilidad, dado el gran tamaño de la carrocería, lo que complica las cosas al circular y aparcar en calles y sitios estrechos y eso que cuenta con cámara trasera de serie y sensores de aparcamiento.
No es un coche ágil de reacciones circulando por zonas ratoneras, por lo que prefiere las curvas medias y rápidas en las que su gran tamaño admite apreciar su infinito empuje hasta llegar a las 5.000 rpm y sorprende aún más si lo estiramos hasta más de 7.000, con una melodía que embelesa a los verdaderos aficionados al motor.
La mejor forma de disfrutar de este Mustang por carretera es hacerlo descapotado, dejando que la caja automática trabaje eficazmente, con las ayudas electrónicas conectadas, sin pretender encontrar los límites de sus soberbios frenos y capacidad de respuesta. Es preferible circular a un rimo alegre pero no lento, disfrutando de la conducción sin excesos, pues 450 CV en el eje trasero son muchos y pueden asustarnos con una reacción repentina incontrolada.
Conclusión
Pocos sonidos son tan bellos como el adictivo de los escapes del su poderoso V8. Hay mucho más que apreciar en este Ford Mustang: estilo icónico americano, seducción, emociones y placer de conducir a un precio relativamente asequible.
Ficha Técnica
Ford Mustang GT California Special
Dimensiones
Longitud: 4.789 milímetros
Anchura: 1.916 milímetros
Altura: 1.396 milímetros
Batalla: 2.720 milímetros
Peso: 1.893 kg
Maletero: 332 litros
Motor
Tipo: gasolina, atmosférico
Posición: delantero longitudinal
Número de cilindros: 8 en V
Cilindrada: 5.038 cc
Potencia: 450 CV
Par máximo: 529 Nm
Cambio: automático de 10 velocidades
Tracción: trasera
Prestaciones
Velocidad máxima: 249 km/h
Aceleración 0 a 100 km/h: 4,5 segundos
Consumo medio WLTP: 11,5 litros
Emisiones CO2: 263 g/km
Precio: 65.931 euros