Arrabal estrena terraza

Al trasladarse la corte a Madrid en 1561, el arquitecto Juan de Herrera recibió el encargo de Felipe II de remodelar el espacio en el que se construiría la actual Plaza Mayor (1580-1619), aunque anteriormente se denominaba Plaza del Arrabal, un lugar donde se reunían los comerciantes y artesanos para vender sus mercancías. En la actualidad, la Plaza Mayor es uno de los lugares más visitados de la capital, donde se pueden ver muchos turistas y también gente de la zona que disfruta de la amplia variedad cultural y gastronómica.
 
Entre los establecimientos recomendados está Arrabal (Plaza Mayor, 23), en un llamativo local que conserva las mismas piedras que soportaron la construcción original, un restaurante que estrena a las puertas del otoño una nueva carta y una renovada terraza para convertirse en un referente, con cocina non-stop desde las 9 de la mañana para empezar con un buen desayuno, picar algo a media mañana, tomar el aperitivo, comer o cenar. Y por qué no el famoso bocadillo de calamares a cualquier hora del día, que lo hacen muy rico.
 
En pleno corazón de Madrid, no es únicamente un sitio para turistas, porque los madrileños también disfrutan de su ciudad, especialmente en esta época donde la pandemia nos ha limitado los desplazamientos. En la renovada terraza, con amplias sombrillas que protegen cuando el sol aprieta y los chorros de vapor crean un ambiente fresco, Arrabal pone a disposición de sus visitantes una variada oferta gastronómica en mesas con mantelería y decoración vegetal.
 
La carta incluye sugerencias tan castizas como el bocadillo de calamares, en formato tradicional o con pan de aceite y salsa, las croquetas cremosas de jamón ibérico, ensaladilla rusa con ventresca del Cantábrico, productos del campo como las alcachofas a la plancah con parmentier y algunos tan originales como las berenjenas en tempura sobre hummus cítrico y miel de caña, huevos rotos, almejas gallegas con salsa Tom yum, zamburiñas gallegas a la plancha o salmorejo cordobés.
 
Los arroces no pueden faltar en una carta tan completa con sus distintas variedades –marisco, señoret, pollo y verduras o negro-, además de la fideua de marisco, la pasta nero con gambas y salsa picantona, así como una cuidada selección de carnes y pescados. Y el guiño a Asturias lo hacen con su versión del Cachopo de solomillo de ternera con cecina y queso de cabra, que resultó ganador del Mejor Cachopo de España 2019.
 
Antes de finalizar es recomendable dejar un hueco para el postre, en especial la tarta de queso fluida al horno, la tarta casera de tres chocolates, sorbetes de mango, maracuyá o fresa y helados variados. Más información y reservas en https://www.arrabalmadrid.com/