Es muy posible que sea la primera vez que muchos lectores escuchen el nombre de Kumbra Yachts, una marca puramente española que quiere hacerse un hueco en el panorama náutico internacional con ideas frescas y un producto “hecho por navegantes para navegantes”, según nos explica el CEO de la empresa, Víctor Moure, un joven emprendedor de tan solo 23 años que se encuentra al frente de este ilusionante proyecto.
Pertenece a una familia de tres generaciones de navegantes, una experiencia que ha sido clave en el desarrollo de Kumbra. Víctor empezó a navegar desde niño y a los 13 años ya competía en la clase olímpica Láser, acumulando numerosos títulos. “Desde que nací pasé todos los veranos en un barco y en el mar he vivido los momentos más felices de mi vida”. Anoten este nombre y esta marca, que darán mucho que hablar.
El nombre de Kumbra y su logotipo están inspirados en la orografía terrestre y marina, haciendo referencia a la cima de las montañas, desde donde se obtiene la mejor perspectiva del entorno. Las líneas minimalistas quedan patentes tanto en el logo como en la ejecución de su primera lancha, que rezuma calidad y detalles en cada espacio.
Tras dos años de trabajo, el primer modelo ya está a la venta y ha causado muy buena impresión en los salones náuticos donde se ha presentado. El Kumbra 34 es un yate de recreo para navegación de día y pequeñas escapadas en familia por la costa, con una eslora de 10,40 metros (34 pies) y 3,5 metros de manga, capacidad para 14 pasajeros y una gran cantidad de detalles que hacen más agradable la vida a bordo.
El barco se ha concebido para satisfacer los deseos y las necesidades de navegantes que quieren disfrutar al máximo con un producto que reúne las condiciones de navegabilidad, diseño, amplios espacios y cuidado por el detalle, con numerosas posibilidades de personalización.
El diseño es innovador, con una proa invertida y bordas altas que marcan la estética del barco, ancla retráctil en la proa, un pequeño techo que protege del sol a los ocupantes y amplios espacios para tomar el sol durante la navegación o cuando el barco está fondeado, con la ventaja de que los anchos pasillos facilitan los desplazamientos en cubierta.
El puesto de mando, protegido por un parabrisas, lleva toda la instrumentación necesaria para una navegación y maniobras cómodas, sobre todo si va equipado con el motor de proa y el joystick que permite un fácil manejo sin mucha experiencia. El piloto tiene una buena visibilidad desde un cómodo asiento y hay espacio para otras dos personas más en asientos individuales. Detrás hay una zona de relax que puede incluir un frigorífico, fregadero y una pequeña cocina, además de un sofá en forma de U y una mesa donde se pueden sentar hasta ocho personas.
En proa hay un solárium para tres personas con la particularidad de que las colchonetas llevan un cómodo respaldo que permite mirar al mar durante la navegación, y en la zona de popa hay más colchonetas. En la versión fueraborda hay un pasillo que comunica la zona de baño y el solárium, y cuenta con escaleras para facilitar la entrada y salida del agua, además de una ducha.
Alcanza una velocidad máxima de 43,5 nudos y su velocidad de crucero es de 24 nudos, impulsado por motores fueraborda o intraborda con potencias que pueden van desde 400 a 700 HP. Entra en planeo rápidamente y es muy estable durante todas las fases de navegación al tener una manga bastante ancha. El sistema de navegación es de lo más completo, incluyendo pantalla Simrad de 12 pulgadas, ancla extensible, molinete eléctrico y cadena, piloto automático y propulsor de proa.
Una buena prueba del magnífico aprovechamiento del espacio lo encontramos en la amplitud de las estancias de la cubierta, pero sucede lo mismo en el interior del barco. Junto al puesto de mando encontramos una pequeña escalera que da acceso a un salón interior cuyo sofá se transforma en una cama doble, con varios cajones y mucho espacio de almacenamiento. Además, cuenta con un segundo camarote con dos camas individuales en la zona de popa, que tiene la limitación del techo, bastante bajo, y también hay un baño completo y otra nevera.
En sus primeros pasos, Kumbra no dispone de instalaciones propias de fabricación, y las primeras unidades se montan en los astilleros Faeton del grupo Astondoa en Almería, donde Víctor Moure ha pasado muchas horas hasta que ha visto nacer las primeras unidades del modelo de 34 pies. Tras su presencia en el reciente Cannes Yachting Festival el pasado mes de septiembre, Kumbra ha conseguido ocho pedidos del modelo de 34 pies y ha generado muy buenas críticas entre la prensa especializada y los clientes que han podido probarlo.
En nuestro caso, la prueba de navegación se limitó a un paseo por el puerto de El Masnou (Barcelona), donde pudimos comprobar la buena calidad y la magnífica ejecución de los detalles, porque las malas condiciones climáticas impidieron hacerlo en mar abierto. Nos quedamos con ganas de salir al mar porque el Kumbra 34 apunta muy buena navegación; habrá que esperar otra oportunidad.
La empresa nació con un capital de 2 millones de euros y está compuesta por un equipo joven y con muchas ganas de dejar su huella en el sector náutico. Y lo hacen con un barco pensado para navegantes que quieren dar el salto a un barco más grande pero sin pasar de los 40 pies (12 metros), más caros de adquirir y mantener. En el Kumbra 34 podrán encontrar espacio y una serie de detalles con el sello de un equipo de navegantes que garantizan un buen comportamiento y una larga duración del barco.
Kumbra estará presente en el Salón Náutico de Valencia del 23 al 27 de octubre y en otros eventos importantes del sector en 2025 en Alemania y Palma de Mallorca.
Ficha técnica
Eslora: 10,40 metros
Manga: 3,5 metros
Calado: 0,55 m
Desplazamiento: 5 t
Motores: intraborda y fueraborda
Potencia: 400 a 700 HP
Depósito combustible: 650 l
Depósito agua: 130 l
Velocidad máxima; 43,4 nudos
Velocidad crucero: 24 nudos
Camarotes: 2 dobles
Baños: 1
Pasajeros: 14
Precio: desde 195.000 € más impuestos
Categoría: B/C
Más información en https://kumbrayachts.com/