Los chicos de Benjies Café Racer (BCR) están en Nueva Jersey, y cuando prueban una de sus creaciones se dan un pirulo a rodar por NY o costeando el Atlántico… Quizá sea ese el motivo de que tengan unas ideas tan frescas y hagan maravillas como la que comentamos a continuación.
Después de años pillando polvo en su taller se decidieron a transformar su primera Harley, era una vieja Sportster 883 del 99 y la miraban de reojo todos los días pensando qué hacer con ella, ¿una bobber? ¿Café Racer? Hasta que una mañana empezaron a fluir las ideas y se hizo la luz…. Iban a convertirla a Scrambler. La filosofía de BCR es hacer motos prácticas, nada de usarlas para exposiciones y tener que reconstruirlas tras dar una vuelta sobre ellas. La pequeña Sporty no iba a ser menos.
Había que levantar el manillar y tenían una horquilla de una GSX1000 por allí así que se la adaptaron con su doble freno de disco, esto solventa con creces los problemas para detener este modelo una vez lanzado.
Jugando con el soplete diseñan un depósito que me parece simplemente precioso, con esa parrilla de acero rodeando el tapón tipo Monza. Esa curva envuelve el VTwin que te lleva a un asiento bajito relleno de espuma de alta densidad y que acaba levantándose con gracia en la cola de la moto con el ancho justo para que no se vea el bastidor y tapizado con el mejor cuero.
Diseñaron a medida el depósito de aceite para que comparta habitáculo con la batería, todo tapado con la chapa de número que no puede faltar en una Scrambler que se precie.
Los reposapiés y los mandos en acero han quedado de lo más sexy, a juego con los guardabarros de aluminio, como sexy es el cubrecarter o el soporte lateral para instalar una maleta de cuero y poder llevar así un equipaje básico con auténtica elegancia británica.
Abrir la tapa del piñón de ataque para desnudar al completo esa cadena dorada ha sido todo un acierto para hacer más radical el modelo... Se lanzaron y se les antojó pequeño el 883 así que sin pereza lo pasan a 1200.
También artesanos son los escapes, elevados siguiendo las normas básicas y en aluminio pulido como el faro trasero también construido de la nada por ellos.
En definitiva una Sportster Scrambler como muy pocas se han visto. Un trabajo repleto de artesanía y que nos da una idea de lo buenos que son los chicos de BCR.
Jesús Sanz – www.super7moto.com