Animal Crossing: New Horizons
23 de marzo de 2020 ComplementosLa última entrega de la exitosa franquicia ya está disponible en Nintendo Switch y te invita a mudarte a una isla desierta.
Intentar adscribir una saga como Animal Crossing a un género concreto resulta tan complicado como responder a la pregunta: “¿de qué va?”, pero puede que precisamente sea esta autenticidad indescriptible el motivo de su gran éxito (tan solo la entrega de la 3DS en 2013, Animal Crossing: New Leaf llegó a los 12,45 millones de copias vendidas). No es un juego que presente un objetivo o un reto concreto. Tampoco hay enemigos. Se trata de una simulación en la que, aunque el punto de partida es el mismo, es el usuario quien decide sus propios retos, hacia dónde quiere llegar y el ritmo al que quiere jugar.
Al comenzar la partida en Animal Crossing: New Horizons, el empresario Tom Nook espera al jugador con su nueva idea de negocio: el Plan de Asentamiento de Islas Desiertas de Nook Inc., una propuesta que aceptaremos para ser el primer habitante de un lugar idílico en medio del océano. Así se presenta una de las principales novedades de esta entrega, y es que hay que construir una comunidad desde cero. Empezaremos contando con poquitos utensilios y apenas una tienda de campaña, pero con esfuerzo y siguiendo sus consejos, podremos convertirla en un retiro de ensueño totalmente a nuestra medida.
Aunque al principio nuestro personaje está prácticamente solo, a medida que avance el juego e introduzcamos mejoras en nuestra isla, aparecerán nuevos aldeanos que querrán unirse y nuestra pequeña comunidad se desarrollará hasta albergar edificios públicos como un museo o una tienda de moda. Cada una de las criaturas cuenta con personalidades y gustos totalmente distintos así que, como en la vida, deberemos cuidar nuestra relación con ellos y estar muy atentos a los detalles si queremos que nuestra relación prospere.
En un momento en que todo es inmediato, Animal Crossing: New Horizons premia ser paciente. Es otra de las grandes particularidades que caracterizan a la saga, y esta entrega no iba a ser una excepción: el tiempo en la isla trascurre a la vez en el mundo real, por lo que veremos amanecer y atardecer pero, además, los residentes asistirán al cambio de estaciones y celebrarán eventos como el Año Nuevo o la floración de los cerezos. Este transcurso natural del tiempo afecta a toda la isla, por lo que las tiendas tienen su horario comercial, y determinados visitantes o fauna estarán disponibles únicamente en determinadas épocas del año, así que… de nada sirven las prisas.
Pero no hay opción de aburrirse en la isla, porque siempre hay un montón de cosas que hacer. Los residentes pueden reunir materiales dispersos por la isla para crear un amplio abanico de objetos: entre ellos, herramientas y muebles. Por otro lado, hay distintos talleres disponibles que enseñan cómo realizar proyectos de bricolaje. A medida que los usuarios se familiaricen con ellos, podrán aprender habilidades especiales como, por ejemplo, cambiar el color de los muebles o decorarlos con diseños personalizados.
Otra de las novedades es el Nookófono, un dispositivo de lo más útil que incluye diversas aplicaciones para hacernos la vida más fácil. Entre otras, una cámara, un mapa o un acceso directo al programa de Millas Nook, una especie de programa de puntos que se obtienen al superar desafíos o cumplir ciertas tareas y que pueden servir, por ejemplo, para pagar los costes del plan de asentamiento o, más adelante, intercambiarlas por recompensas dentro del juego.
Hay tantas maneras de jugar a Animal Crossing como jugadores, pero una cosa está clara: compartirla es divertidísimo e incluso, a veces, una elección bastante estratégica. Para empezar, el residente se encontrará con que su isla le provee una serie de recursos limitados, por lo que si quiere encontrar más (como otras frutas, por ejemplo), deberá utilizar el avión para visitar islas vecinas. Es una manera estupenda de juntarnos con nuestros amigos, estemos donde estemos, para jugar juntos y mejorar nuestras islas cada uno desde su Nintendo Switch.
Y buenas noticias para las familias o amigos que compartan consola, porque hasta ocho personas pueden vivir en una misma isla, de forma que cada uno tendrá una casa y un personaje diferentes, pero compartirán los recursos (si decidimos cooperar o competir por ellos, ¡es cosa nuestra!). Además, con el modo “Partida en Grupo”, hasta cuatro jugadores podrán explorar la isla a la vez y pasar un momento divertido en grupo.