Modelo compacto de 4,42 metros con silueta SUV, a la venta en enero con cinco motores de 122 a 211 CV y precios desde 24.900€.
Presentado de forma oficial en el pasado
Salón de Frankfurt, el Infiniti Q30 es un vehículo de la nueva generación de la marca de lujo japonesa que nace de la estrecha colaboración que el grupo Renault Nissan mantiene con Mercedes-Benz. Comparte plataforma y numerosos elementos mecánicos con el Mercedes Clase A, y es el inicio de una nueva familia de ‘crossover’ que llegará en los próximos años.
A medio camino entre un compacto tradicional y un SUV, el Infiniti Q30 es un vehículo de
cinco plazas que mide 4,42 metros de longitud total, 1,80 de anchura, 1,49 de altura y tiene una distancia entre ejes de 2,70 metros, con un maletero de 368 litros de capacidad y una altura libre al suelo de 210 mm. Son dimensiones similares a las del
Clase A,
BMW Serie 1 o Audi A3 Sportback, que serán sus principales rivales en la categoría compacta Premium.
En el diseño de su frontal sus creadores se han inspirado en la
berlina Q50, de la que hereda elementos como la parrilla de doble arco con malla en 3D y unos faros con enorme personalidad que lo hacen fácilmente reconocible como un producto Infiniti, aunque sea el modelo de acceso a la gama. La parte que más se diferencia del modelo alemán del que parte es la trasera, donde los arcos concurren en forma de media luna al final del largo techo para enfatizar el movimiento.
Se fabrica en la planta de Sunderland (Reino Unido), donde se han invertido más de 250 millones de libras para ampliar y preparar las instalaciones para la fabricación de un modelo que supondrá bastante volumen en el mercado europeo, donde los modelos compactos con carrocería tipo SUV triunfan en los últimos años. Además, Infiniti ya ha anunciado que tendrá una versión más ‘campera’ de este modelo, que recibirá la denominación QX30, en fase de pruebas y con fecha de lanzamiento prevista para mediados de 2016.
El interior está muy bien resuelto, con el toque Premium que se busca para este coche, y a pesar de compartir muchos elementos con el Clase A, parece un Infiniti. El salpicadero tiene un diseño asimétrico y mantiene el esquema clásico de dos grandes relojes tras el volante con una pantalla central para los datos del ordenador de viaje y las indicaciones del navegador.
En la parte superior de la consola central está la pantalla a color integrada y debajo las rejillas de salida de aire, sistema de audio y climatización. Las versiones automáticas incorporan una pequeña palanca de selección de la posición del cambio, que también se puede manejar con las levas del volante.
La conducción resulta muy agradable por varios motivos. En primer lugar, la postura al volante es muy cómoda y tenemos una buena visibilidad con la única salvedad del pilar A, que molesta algo en rotondas y curvas hacia la izquierda. Los asientos sujetan bien el cuerpo cuando la carretera tiene curvas, y aunque tiene más altura libre al suelo que una berlina, no da la sensación de inseguridad ni balanceo en las curvas. En trazados abiertos por autopista muestra un buen aplomo y se puede circular rápido sin percibir ruidos mecánicos ni de rodadura gracias a un buen aislamiento del habitáculo, que incluso emplea el sistema de audio para eliminar ruidos.
Cuando llegue al mercado español el próximo mes de enero lo hará con un total de cinco motorizaciones -tres gasolina y dos diésel- con potencias que van desde los 122 a los 211 CV, tres niveles de acabado y la posibilidad de montar una transmisión automática de doble embrague con siete velocidades y levas en el volante en la mayoría de las mecánicas, además de algunas versiones con tracción integral AWD.
En gasolina la gama comienza con el 1.6 turbo de 122 CV, un motor de cuatro cilindros en línea que también se puede solicitar con un turbo alto que entrega una potencia de 156 CV y un par de 250 Nm. El motor más potente de la gama es el 2.0 DIG Turbo que entrega 211 CV a 5.500 rpm y 350 Nm entre 1.200 y 4.000 rpm.
En diésel hay dos posibilidades, el 1.5 de 109 CV que no hemos tenido ocasión de probar, pero que posiblemente se quede un poco justo para mover el coche, y el 2.2 litros de 170 CV que mueve el coche con soltura y bastante alegría sin necesidad de que el consumo se dispare, ya que tiene un gasto medio homologado de 4,7 litros en ciclo combinado y unas emisiones de CO2 de 122 g/km.
Habrá tres niveles de acabado, el básico, que recibe la denominación Q30 con un completo equipamiento de serie, Premium, con detalles más lujosos como las luces antiniebla LED, y Sport, que rebaja la altura de la carrocería en 15 milímetros para ir más pegado al suelo y tiene un aire algo más deportivo que el resto de la gama. Los precios partirán de 24.900 euros para la versión 1.6 gasolina de 122 CV, con un descuento promocional de lanzamiento que aún no se ha definido.
Por lo que respecta a la seguridad, en Infiniti han realizado un gran esfuerzo con la intención de lograr las cinco estrellas en los test que realiza el organismo independiente EuroNCAP, y por ese motivo el Q30 incluye elementos como el sistema de frenada de emergencia, encendido de luces automático, control de velocidad de crucero inteligente, reconocimiento de señales de tráfico, detector de ángulo muerto y detector de cambio involuntario de carril, sistemas que en algunos casos son de serie.
José A. Prados –
www.vidapremium.com
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