La presbicia, comúnmente conocida como ‘vista cansada’, es un problema ocular refractivo que está relacionado con la edad y afecta la capacidad de enfocar objetos cercanos. Se debe a la pérdida de elasticidad del cristalino, lo que dificulta la capacidad de cambio de enfoque en el ojo humano.

 

Es uno de los principales problemas de visión, afectando a cerca del 43% de la población española. Aparece típicamente alrededor de los 40 años y progresa con el tiempo. Los síntomas incluyen dificultad para leer letras pequeñas, visión borrosa de cerca y fatiga ocular. Y la buena noticia es que se puede operar de una forma sencilla a través de procedimientos quirúrgicos muy efectivos y duraderos que solventan este defecto visual.

 

Al perder la elasticidad, la lente natural del ojo se vuelve más rígida y pierde la capacidad de enfoque, dando lugar a ciertas dificultades para ver de cerca con nitidez. La solución más sencilla es utilizar unas gafas con la graduación adecuada tras un estudio en una óptica, pero hay otras alternativas para quienes no desean someterse a la esclavitud de ir siempre con gafas, por estética, comodidad u otros motivos.

 

Según la última edición del Estudio de la Visión en España, realizado por Clínica Baviera, se estima que alrededor de un 80% de los españoles tienen algún defecto de visión, y casi un 43% sufre presbicia por encima de la miopía (39%) o el astigmatismo (38%). Esto convierte a la presbicia en el defecto visual más frecuente. “Aunque la gran mayoría de la población conoce que los problemas refractivos como la miopía o el astigmatismo se pueden solucionar gracias a la cirugía, todavía vemos en consulta que, si hablamos de presbicia, aún hay muchas personas que desconocen que también se puede corregir quirúrgicamente”, afirma el Doctor Fernando Llovet, médico oftalmólogo cofundador de Clínica Baviera

 

La sintomatología de la presbicia –no confundir con hipermetropía- tiene señales bastante comunes que permiten su reconocimiento:

 

Al ser un proceso ligado al envejecimiento del ojo, no se puede prevenir, aunque hay algunos ejercicios que si se practican regularmente pueden retrasar el proceso. Suele aparecer a partir de los 40 años, y una vez diagnosticado el problema con la ayuda de un oftalmólogo especialista, se puede proceder a valorar las diferentes soluciones y técnicas quirúrgicas para corregir la presbicia.

 

Lo más habitual suele ser el implante de una lente intraocular multifocal de última generación, que hará la función de un cristalino artificial. No hay que asustarse, porque se trata de un tratamiento sencillo para el paciente, bastante rápido, sin necesidad de ingreso y con una recuperación corta.

 

Los beneficios del tratamiento quirúrgico son numerosos, ya que los pacientes obtienen un rango de visión completo (visión cercana, intermedia y lejana), pudiendo realizar todo tipo de actividades y practicar deportes sin gafas o lentillas y utilizar las gafas de sol que más se adapten a su estilo de vida, sin necesidad de que sus cristales se puedan graduar.

 

Otra ventaja es que las lentes intraoculares son personalizadas, de modo que en el proceso se pueden corregir otros posibles problemas de visión que tenga el paciente -miopía o astigmatismo, por ejemplo-. Y algo que también conviene destacar: al retirar el cristalino envejecido, este ya no se vuelve opaco, evitando la futura aparición de cataratas.

 

Antes de realizar la intervención, el equipo de Clínica Baviera se asegura de que el paciente cumple una serie de parámetros anatómicos y funcionales que se analizan en la primera consulta mediante un estudio preoperatorio que consta de los siguientes pasos:

  1. Medición de la agudeza visual y graduación, para conocer las dioptrías y valorar los defectos visuales
  2. Estudio del segmento anterior del ojo, incluyendo el análisis de la tensión ocular y valoración de la córnea
  3. Estudio del segmento posterior del ojo para el que es necesario la dilatación de la pupila
  4. Pruebas adicionales

 

El tratamiento es similar al que se utiliza para corregir la miopía, hipermetropía y el astigmatismo, aplicando el láser Excimer para modificar el espesor de la córnea, moldearla y cambiar su graduación.

 

En Clínica Baviera tienen una dilatada experiencia con más de 30 años en el sector y más de 100 clínicas propias en cuatro países europeos, convirtiéndose en un centro de referencia. El equipo médico se organiza en diferentes unidades para ofrecer un servicio integral en el tratamiento de problemas oculares, basándose en los más altos criterios de calidad y las más avanzadas técnicas de microcirugía. En estas tres décadas son numerosos los clientes satisfechos, tanto en operaciones de presbicia como de otro tipo. Más información en www.clinicabaviera.com

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