Llegó al mercado en 2007, y desde esa fecha ha vendido más de 7,6 millones de unidades, convirtiéndose en uno de los modelos claves de la marca con carrocería SUV. La tercera generación del Volkswagen Tiguan –su nombre proviene de Tigre + Iguana, con los dibujos de los animales en las ventanillas traseras- inicia la comercialización con el reto de seguir una estela de éxitos que únicamente la electrificación podrá parar, y para ello cuenta con todos los ingredientes necesarios, pues el diseño es atractivo, las motorizaciones están pensadas para un amplio abanico de conductores y con la tecnología más avanzada en cuestión de entretenimiento y seguridad. A partir de 33.700 euros se puede adquirir la versión de acceso (Tiguan 1.5 eTSI de 130 CV), con etiqueta ECO y descuentos promocionales incluidos.

 

Ahora mide 4,53 metros de longitud (3 centímetros más) y presenta una silueta algo más estilizada, algo continuista, con detalles que hereda del Touareg, el modelo con el que Volkswagen se inició en el segmento SUV. Y ha sido tal el éxito de este todocamino que se ha convertido en el modelo más vendido de Volkswagen, por delante del mismísimo Golf. No hay cambios en las otras cotas, pero si en la aerodinámica, cuyo coeficiente baja de 0,33 a 0,28 y que se traduce en mayor eficiencia en los desplazamientos.

 

Lo que más cambia es el frontal, que incorpora faros LED más estilizados y puede montar opcionalmente los IQ.Light HD Matrix LED con hasta 19.200 píxeles por faro, ya vistos en el Touareg. Entre los dos faros, una moldura LED integrada sustituye la clásica parrilla creando una imagen particular con el sello de identidad diurno. Hay algunos elementos que confieren un aspecto más dinámico, como el pilar C más inclinado, los pasos de ruedas muy marcados y las llantas de aleación de hasta 20”. La trasera es más continuista, con cambios en los grupos ópticos, la barra transversal LED y el difusor en la parte inferior.

 

En el interior cambia bastante y para bien. Desaparecen los controles táctiles del volante que tan poca aceptación tuvieron y se sustituyen por unos convencionales que funcionan mejor. Los materiales tienen mejor calidad, hay un buen aislamiento acústico que se traduce en un mejor confort de marcha y lleva asientos ErgoActive con masaje en los acabados superiores. El cuadro de mandos es el Digital Cookpit de 10” y en el centro del salpicadero encontramos una pantalla horizontal de 15 pulgadas desde la que se manejan la mayoría de las funciones, incluido el climatizador mediante controles táctiles iluminados, quedando un salpicadero bastante despejado, aunque se echan de menos botones de acceso directo.

 

Otra novedad es que desaparece del túnel central la palanca del cambio, que ahora está ubicada en la parte derecha de la columna de dirección, como en los modelos eléctricos ID, con la ventaja de que se libera espacio, pero cuesta acostumbrarse. En el lugar donde antes iba la palanca se sitúa el pulsador rotativo Driving Experience Control, que lleva una pequeña pantalla OLED desde el que se seleccionan los modos de conducción, la iluminación ambiental y el volumen del equipo de sonido.

 

Es más amplio en las plazas traseras, con más espacio para la cabeza si viajan pasajeros altos y también cuenta con un maletero de mayor capacidad que se puede desplazar longitudinalmente y ajustar la inclinación del respaldo. Los asientos traseros se pueden abatir desde el  propio maletero, que tiene una capacidad de hasta 652 litros (490 litros en el híbrido enchufable).

 

En la oferta de motores destacan como novedad dos versiones micro híbridas de 48 voltios, 1.5 eTSI de 130 CV y de 150 CV con etiqueta ECO, y dos versiones híbridas enchufables con etiqueta CERO que montan el motor 1.5 TSI de 204 y 272 CV y una nueva batería de 19,7 kWh que ofrece una autonomía en modo eléctrico de hasta 125 kilómetros y puede cargar en corriente continua hasta 50 kW (tarda 26 minutos en pasar del 20 al 80%) y en corriente alterna un máximo de 11 kW. También hay dos motores diesel 2.0 TDI de 150 y 193 CV que no llevan ningún sistema de asistencia eléctrica, por lo que son etiqueta C. En todas las motorizaciones se monta un cambio DSG de 7 velocidades.

 

Ya está a la venta desde 33.700 euros (1.5 eTSI 130 DSG) con las campañas comerciales incluidas, y desde 38.200 euros para el híbrido enchufable e-Hybrid de 204 CV, con descuentos y plan Moves incluido. Hay 9 colores de carrocería y tres niveles de acabado: Tiguan, Life y R-Line.

 

Los sistemas de asistencia a la conducción son de los más avanzados del mercado, incluyendo elementos en el equipamiento de serie como el Asistente en Cruces o Cámara de visión trasera. También puede montar el Park Assist con memoria que guarda las maniobras de aparcamiento más habituales, o el Park Assist Pro, que puede hacer la fase final del estacionamiento desde fuera del coche con la aplicación.

 

A nivel de conducción se notan algunas mejoras en el comportamiento dinámico, y en las versiones que hemos probado con el Control Dinámico del Chasis un paso por curva más plano, con menores oscilaciones de la carrocería. El sistema híbrido de 48 voltios resulta de gran ayuda para reducir el consumo de combustible, que es muy moderado en el caso de los eTSI, incluso a un ritmo alegre. Parecía difícil mejorar un buen producto como el Tiguan, pero en Volkswagen tienen intención de seguir en lo alto del segmento y seguro que la tercera generación vuelve a conseguirlo.

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