Algunos han tratado de imitarlo, pero ninguno lo ha conseguido, porque el Range Rover es un modelo único en su especie desde que llegara al mercado en 1970. Ha pasado más de medio siglo y el panorama sigue igual. No hay otro modelo que iguale la capacidad offroad y el lujo que puede ofrecer el Range Rover, una gran berlina con carrocería elevada y todos los detalles para viajar cómodamente a la ópera o salir a cazar.
Quienes piensen que modelos como el Porsche Cayenne, Maserati Levante, Audi Q7 o Mercedes GLE pueden ser rivales del Range Rover están muy equivocados. La combinación que ofrece el modelo británico de lujo, confort y capacidad para moverse fuera del asfalto es increíble. Es una alfombra con ruedas al circular por una autopista, y en terrenos escarpados, con barro o grava, su sistema de tracción es único. Un lord inglés preparado para todo.
En su quinta generación el Range Rover es aún más sofisticado que el modelo al que sustituye (2013 y actualizado en 2017), con un espectacular diseño de líneas minimalistas que llama poderosamente la atención y una tecnología abrumadora en la que se agrupan los sistemas más avanzados de ayuda a la conducción, conectividad y mecánicas eficientes para todos los gustos, pues está disponible con motores gasolina y diesel, versiones híbridas enchufables y hasta una completamente eléctrica que llegará en 2024. Necesitaríamos mucho espacio para comentar todos los aspectos detalladamente, por lo que haremos un resumen de lo más destacado de este nuevo modelo.
Estrena generación, la quinta, y también la nueva plataforma MLA-Flex, preparada para albergar tanto sistemas de propulsión convencionales –gasolina y diesel-, como híbridos y 100% eléctricos, y con dos tamaños de carrocería: SWB con una longitud de 5,05 metros y distancia entre ejes de 3 metros y LWB con 5,25 metros con una distancia entre ejes de 3,20 metros, que puede llevar hasta 7 plazas en tres filas de asientos. Los precios parten de 140.950 euros con la motorización híbrida enchufable P440e PHEV y ascienden hasta los 236.600 euros del modelo más potente de la gama, el P530 SV. Además, el programa de personalización hará que la factura sea mucho más abultada si el propietario desea tener un Range Rover único a través de la división Special Vehicle Operations, luciendo en el portón trasero una placa de cerámica.
El diseño ha evolucionado hacia un ‘lujo moderno’, como lo definen en Land Rover, atrevido pero sin estridencias con un frontal muy potente en el que los faros se introducen ligeramente en la gran rejilla de entrada de aire sobre la que aparece escrito el nombre del modelo y una banda cromada que atraviesa la parte inferior a lo ancho, alojando las luces antiniebla. Las proporciones se mantienen similares al modelo anterior, con un capó elevado, pasos de rueda marcados, y una zaga de corte minimalista en la que las luces de freno son trazos verticales y los intermitentes en forma horizontal, quedando ambos oscurecidos cuando están apagados. El techo va rematado por un discreto alerón y la doble aleta de tiburón para el sistema de entretenimiento y comunicaciones.
Lo más llamativo por el cambio que ha experimentado es el interior, amplio y rematado con todo tipo de detalles de lujo, y la posibilidad de elegir entre una banqueta trasera con tres asientos o dos asientos individuales donde los ocupantes. Frente al conductor hay una pantalla digital configurable con los datos necesarios (velocímetro, cuentarrevoluciones, combustible, indicaciones de navegación, etc) y en el centro una gran pantalla flotante de 13,1” para el sistema de info-entretenimiento y todos los ajustes del vehículo, que son tantos como un moderno teléfono inteligente, porque son numerosos los parámetros que se pueden ajustar. Apenas hay botones físicos, tan solo para el sistema de climatización bajo la pantalla principal y el selector de modos de conducción –hasta 9 posibilidades por carretera y fuera de ella-, el control de descenso y el arranque en el túnel central, junto a la palanca del cambio. También hay un espacio para el cargador inalámbrico del teléfono.
Seis motorizaciones
En el lanzamiento se podrá solicitar con dos mecánicas diesel 3.0 de seis cilindros con 300 y 350 CV (D300 y D350) que montan un sistema de hibridación ligera de 48 voltios con el que reducen ligeramente el consumo y obtienen la etiqueta ECO, un motor de gasolina 4.4 V8 de 530 CV con etiqueta C (P530) y dos mecánicas híbridas enchufables de gasolina (P440e y P510e) que entregan 440 y 510 CV de potencia y cuentan con una batería que permite recorrer hasta 112 kilómetros en modo eléctrico, obteniendo la etiqueta CERO emisiones. La sexta mecánica es eléctrica pura, sin que la marca haya facilitado todavía detalles, puesto que llegará al mercado en 2024.
El equipamiento mantiene la denominación tradicional en sus cuatro acabados –SE, HSE, Autobiography y SV-, más el First Edition, que se comercializa en el año del lanzamiento sobre la base del Autobiography.
Al volante o de pasajero
Es uno de los dilemas que plantea este coche. Es tan divertido de conducir como confortable en las plazas traseras, donde se puede viajar cómodamente viendo una película en la pantalla que lleva cada pasajero, escuchando música o trabajando. Los asientos individuales pueden regularse como si viajáramos en la clase Business de un avión, y el silencio de marcha es increíble por el alto nivel de insonorización acústica y el sistema de cancelación de ruido, similar al de los auriculares con este sistema. El resultado es el de viajar en una gran berlina en una posición más elevada, con todo tipo de comodidades.
A los mandos del Range Rover uno se siente poderoso, porque las mecánicas empujan con fuerza a pesar de que tienen que mover 2,5 toneladas de peso y se nota la seguridad en cualquier circunstancia. La agilidad es notable en todo tipo de trazados al incorporar el sistema de dirección en las cuatro ruedas, que reduce el radio de giro en maniobras urbanas y entra con mayor facilidad en las curvas cuando vamos por carreteras de montaña. No es su hábitat natural, pero hemos comprobado que se puede ir rápido en zona de curvas sin que la carrocería se mueva apenas, aunque no lo recomendamos con pasajeros en las plazas traseras, que seguro se marean.
Durante la presentación nacional en Pamplona hemos tenido ocasión de conducir en un recorrido de dos horas el diesel más potente (D350), un motor que ofrece una suavidad de marcha increíble con gran empuje cuando es necesario, sin que apenas se escuche el funcionamiento en el interior y con cifras de consumos razonables para la masa que desplaza gracias a la ayuda que proporciona el sistema híbrido de 48 voltios. El recorrido de vuelta fue más divertido con el más potente de la gama, el P530 de gasolina con el nuevo motor V8 desarrollado conjuntamente con BMW, impresionante en aceleraciones y bastante ‘sediento’ si practicamos una conducción alegre.
Nos ha faltado hacer la prueba de las versiones híbridas enchufables (PHEV), que no estaban en la flota de prensa, porque prometen autonomía de hasta 112 kilómetros con una única carga. Esperamos que pronto pueda pasar por nuestras manos.
Tecnología apabullante
Son muchas las novedades que introduce la quinta generación del Range Rover en materia de seguridad y asistencia a la conducción, poniéndose a un gran nivel en este sentido. La amortiguación predictiva se anticipa a lo que sucede en la carretera de una forma rápida, mientras que las ruedas traseras direccionales añaden un plus de agilidad. Ofrece el nivel más avanzado de conectividad con tarjeta 4G para las comunicaciones, asistente Alexa integrado, cámaras de visión 360, de gran utilidad también en recorridos offroad complicados, alerta de tráfico trasero, frenada de emergencia –algo brusca, porque interviene con algo de antelación-, alerta de cambio involuntario de carril y control de crucero adaptativo, entre otros.
Capítulo aparte es el sistema de tracción inteligente Terrain Response 2 (iAWD) con reductora que permite el bloqueo del diferencial, asistente de descenso y nueve programas de conducción entre los que se incluyen cinco modos para superficies resbaladizas, como barro, nieve, grava, arena o rocas, modificando los parámetros de acelerador, suspensión y dirección para que el coche tenga un agarre óptimo. Incluso con neumáticos convencionales es capaz de salir de muchos apuros y la suspensión neumática eleva la carrocería para que las piedras no dañen los bajos. Puede realizar vadeos de hasta 90 centímetros sin que el agua entre en el habitáculo y sus ángulos de ataque y salida permiten afrontar fuertes repechos. Aunque serán pocos los propietarios de un Range Rover que lo saquen del asfalto. Ellos se lo pierden.
José A. Prados (Pamplona)