Más de 600 personas de 16 nacionalidades trabajan en el departamento de Calidad de SEAT con el objetivo de que cada pieza del gran puzle que se produce en la factoría de Martorell ajuste a la perfección. En los detalles es donde se logra la calidad, que unida a un atractivo diseño y la mejor tecnología, garantizan el éxito de una marca.
El proceso de calidad está presente en la concepción, desarrollo y producción de un vehículo, desde los primeros bocetos hasta el momento de entregarlo al cliente final en el concesionario. El número de análisis y comprobaciones ha crecido en los últimos años durante el proceso de fabricación con la finalidad de que cuando el coche salga de la cadena de montaje funcione a la perfección. “No cada milímetro, sino que cada décima de milímetro es importante” para que las 3.300 piezas de un coche encajen a la perfección, explica Moisés López, del departamento de Técnica de Medición de Calidad de SEAT.
Parte del trabajo de Moisés se desarrolla en la sala del Meisterbock, donde SEAT asegura la calidad de sus modelos durante su fase de lanzamiento y puesta en producción. Los coches aquí, con estructuras metálicas, parecen scalextrics. Antes de montar el vehículo, el equipo lo mide todo a través de tecnología punta: láser, escáner, fotometría y otros sistemas punteros.
Este técnico también se desplaza a los talleres de la factoría para asegurar que los requisitos de calidad se mantienen a lo largo de todo el proceso de fabricación de un coche. “Una vez validadas las piezas, el seguimiento pasa a producción y hacemos un control continuo hasta que el coche está fabricado, justo antes de entregarlo al cliente final”, explica.
Moisés confiesa que esta exigencia que emplea en su trabajo la traslada también al terreno personal. “No sé si es un defecto o una virtud, pero nosotros aquí somos muy metódicos y analizamos cualquier tipo de detalle”, asevera. A modo de ejemplo, admite que presta mucha atención al orden en su casa y los armarios de la cocina están repletos de cajas etiquetadas con el nombre de lo que lleva dentro. “Todo tiene que estar perfecto”, sostiene.
Y, por supuesto, no puede evitar tocar cada pieza y enrase de cualquier coche al que va a entrar. “Paso la mano porque me gusta buscar esta sensación de calidad”, asegura. Con escáner o no en mano, el equipo de Calidad es “el ojo que lo ve todo”, concluye Moisés.  
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