Normalmente no suele suceder, pero cuando ocurre, un pinchazo en una de las ruedas del vehículo puede convertirse en un inconveniente por la pérdida de tiempo que ocasiona, además de una situación de riesgo si el coche ha quedado parado en un lugar estrecho o con poca visibilidad. Desde hace más de una década los fabricantes de neumáticos intentan dar con la solución para que los vehículos vayan ‘calzados’ con productos que mejoran la seguridad, y por ese motivo nacieron los neumáticos Runflat que son capaces de seguir circulando cuando han perdido la presión.
En la firma japonesa de neumáticos Bridgestone han querido ir un paso más allá y han creado DriveGuard con una tecnología que va a revolucionar la industria, mejorando la seguridad y el confort de los usuarios. Lo novedoso de este neumático de última generación es que las paredes laterales han sido reforzadas, de manera que cuando se produce un pinchazo y el neumático pierde todo el aire de su interior no llega a deformarse y las paredes laterales se encargan de ‘sujetar’ la rueda con altura suficiente para que pueda seguir hasta un punto de reparación.
Otra innovación que introduce este neumático se denomina ‘cooling fin’, y consiste en un dibujo en forma de flecha que hay en la banda de rodadura y que se encarga de ventilar los flancos laterales. Además, el neumático se puede reparar como uno convencional si no ha resultado dañado en su estructura.
Cuando se produce un pinchazo, el sensor de presión envía una señal y se enciende un testigo luminoso en el cuadro de mandos del vehículo, que tiene que ir equipado con el sistema de detección de baja presión, un elemento de seguridad que es obligatorio en todos los coches nuevos fabricados en la Unión Europea desde 2014. El conductor no nota nada, por eso es necesaria la advertencia luminosa, y a partir de ese momento dispone de un margen de 80 kilómetros para continuar la marcha, sin superar la velocidad de 80 km/h, ya que a más velocidad se calienta mucho la goma y podría deteriorarse.
Las ventajas del sistema DriveGuard son múltiples, empezando por la comodidad de no tener que parar en un sitio oscuro y con poca visibilidad a cambiar el neumático pinchado, además de ofrecer mucha más seguridad porque el vehículo no se vuelve incontrolable por esa pérdida de presión.
Y para saber si esta innovación funciona, nos hemos desplazado a la Costa Azul francesa con Bridgestone y hemos realizado pruebas que nos han convencido por completo de sus ventajas. En primer lugar, los periodistas nos encontramos con una fila de coches que tenían una rueda pinchada, cada uno con un sistema de reparación diferente –rueda convencional, una de emergencia o ‘galleta’ y un kit de reparación- y tuvimos que proceder a sustituir la rueda o repararla con la espuma, como fue nuestro caso. Por si no recuerdan la última vez que pincharon, se tarda un buen rato en efectuar esta operación, uno se mancha y además está expuesto al peligro de otros coches que circulan por la vía.
Superada esta prueba, nos acercamos a otra zona de pruebas, donde un operario con un martillo y un clavo en la mano se sitúa junto al neumático Bridgestone DriveGuard. Sin ningún miramiento, procede a introducir el clavo en la banda de rodadura e inmediatamente lo extrae. El neumático está pinchado y va perdiendo el aire poco a poco hasta quedar desinflado por completo. En este momento es cuando se inicia la prueba definitiva.
Entramos en el coche y lo primero que vemos es el testigo de baja presión de los neumáticos encendido en el cuadro de instrumentos. Cinturón de seguridad, giramos llave de contacto y salimos a circular por carreteras comarcales de la zona de Cannes (Francia) con un neumático sin presión. No se observa nada mientras salimos del aparcamiento hasta que el coche toma más velocidad en carretera y se escucha el ruido de un neumático que no va bien, pero el comportamiento en curvas y en frenada sigue siendo impecable. Realizamos una frenada de emergencia voluntaria en una recta para comprobar el comportamiento a una velocidad de 70 km/h y no se nota absolutamente nada. Tras un recorrido de unos 15 kilómetros regresamos de nuevo al lugar del evento con total tranquilidad. Al bajarnos comprobamos la temperatura del neumático es más elevada que los otros tres, lógico si tenemos en cuenta que ha trabajado en unas condiciones mucho más difíciles. Prueba superada. Los DriveGuard funcionan, y muy bien.
Y por si fueran pocos argumentos, los neumáticos DriveGuard han obtenido la calificación ‘A’ en materia de frenada y comportamiento, y la calificación ‘C’ en eficiencia energética. Estarán a la venta en el mes de marzo en las medidas más habituales y a final de año también se ofrecerá esta tecnología en los neumáticos de invierno. Los precios de venta en el mercado español van desde los 80 a los 200 euros, dependiendo de la medida del neumático.
José A. Pradoswww.vidapremium.com 
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