En tan solo unos segundos, el cuadro y la tija del sillín se convierten en una cerradura hermética que se puede adaptar a cualquier estructura fija para dejar la bicicleta aparcada en la calle con total seguridad. La tecnología es muy efectiva, porque además las ruedas llevan tuercas especiales antirrobo, de manera que para robar la bicicleta hay que dañar la cerradura, quedando inutilizable y sin ningún valor.
La idea surgió cuando Andrés Roi, un joven estudiante chileno, sufrió un nuevo robo de su bicicleta y empezó a pensar una solución a este problema. En 2012 fundó Yerka Bikes junto a Cristobal Cabello y Juan José Monsalve, una empresa que mediante una campaña de crowdfunding realizada en 2015 ha puesto ya en el mercado 1.000 bicicletas hasta la fecha y han desarrollado una segunda versión mejorada.
La bicicleta Yerka V2 está disponible en tres colores (cyan, negro y rosa), en cuatro tallas y con la posibilidad de elegir entre una transmisión de velocidad única (549 euros) o con tres velocidades (649 euros). Puede adquirirse directamente a través de la página web de Yerka Bikes o en el distribuidor en España, Biciobikes, que tiene tienda física en Madrid.
La bicicleta es bastante ligera (12 kilos, incluido el sistema antirrobo), el cuadro está fabricado con tubos de Cromo-Molibdeno, tiene ruedas de 700c con neumáticos Kenda Kwest 700x35, frenos Radius con manetas Tektro de aluminio, cambio de una velocidad con 16 dientes o de tres velocidades Shimano Nexus y pedales de plataforma.