El Smart Cabrio es una mezcla de coche ciudadano y descapotable. Al igual que su hermano de techo rígido, con el que comparte dimensiones y mecánicas, conserva la vocación de coche urbano por encima de todo.
Con 2,69 metros de longitud, sigue siendo el coche más corto del mercado a pesar de adornarse con una ‘nariz’ algo abultada, en beneficio de la seguridad de los peatones en caso de atropello. Tiene sólo dos asientos y una agilidad legendaria para girar en un palmo y aparcar donde los demás no pueden.
En el aspecto mecánico, puede optar por dos motores, ambos de tres cilindros alimentados por gasolina. El primero es un 1.0 atmosférico de 71 CV, mientras que el más potente es el 0.9 turboalimentado de 90. La transmisión es a las ruedas traseras, por medio de una interesante caja de cambios automática de doble embrague y seis marchas ‘Twinamic’; una caja que da un resultado tan bueno, que han pospuesto a 2017 la llegada de la versión manual, pensando que los clientes preferirán siempre la automática.
Descapotable
La capota Tritop, que abarca todo el techo hasta la tapa del maletero, incluyendo la luneta trasera, está compuesta por una capa de lona, otra de caucho y una de tela que, juntas, suman un grosor de 2 centímetros. Pulsando un botón se extiende o pliega totalmente, incluyendo la luneta trasera, en doce segundos, incluso en marcha a cualquier velocidad. Para descubrirse aún más, podemos convertirlo en un Cabrio auténtico, pues las barras del techo se extraen con facilidad guardándose en un compartimento previsto en la parte interior de la portezuela trasera, aunque, en este caso, la maniobra ha de realizarse a coche parado.
Al igual que en el Smart cerrado, el interior del Cabrio es sorprendentemente ancho. Sus dos asientos son amplios y confortables para que los ocupantes no lleguen a rozarse, con reposacabezas integrados y sitio de sobra para las piernas.
El salpicadero es original, con cuatro salidas de aire circulares y un cuentarrevoluciones en forma de satélite a la izquierda del volante. En el centro destaca una pantalla táctil que puede conectarse al teléfono móvil y replicar todas sus funciones.
La posición de conducción es elevada, lo que permite una gran visibilidad sobre el tráfico circundante, y el volante está colocado en posición muy vertical, con la única pega de que sólo se regula en altura.
El maletero no es muy profundo, pues el motor se encuentra escondido por debajo, pero cubica unos notables 260 litros y ofrece un acceso sencillo, gracias a un portón trasero que se abre hacia atrás.
Un paseo al aire libre
Estamos en Valencia en invierno, pero los 20 grados de temperatura ambiente animan a pulsar el botón del mando a distancia que desliza la capota de lona y convierte nuestro Smart Cabrio en una agradable fuente de sensaciones.
Probamos el motor más potente, el turbo de 90 CV. Pulsamos el botón de arranque y, gracias a su directa y suave dirección, bastan dos cruces estrechos para dejar boquiabiertos a los conductores de vehículos convencionales, que no pueden compararse en agilidad al pequeño biplaza.
El ‘motorcito’ empuja con mucha fuerza y sin vibraciones, pero con un sonido algo áspero. Sube de vueltas con rapidez en los adelantamientos y no se echa en falta más potencia en ninguna circunstancia.
La transmisión automática de doble embrague es muy suave. No es especialmente rápida pero sí mucho más agradable que la de embrague pilotado que tenía la anterior generación. Homologa un consumo medio de 4,2 litros cada 100 kilómetros. El marcado por el ordenador durante la prueba, ascendió a 6,2 litros.
Con el techo plegado, los ruidos de la calle se sienten con nitidez, lo mismo que el sonido del aire si circulamos a más de 90 km/h, cuando aparecen algunas turbulencias que no llegan a hacerse molestas. Al cerrar el techo cesa el ruido aerodinámico, pero el del motor se hace patente, aunque no en exceso.
La avanzada geometría de la suspensión le ofrece un equilibrio y seguridad en marcha sorprendente, a pesar de su corta distancia entre ejes. Hay una serie de refuerzos para compensar la pérdida de rigidez en relación a la versión con carrocería cerrada, refuerzos que van en la parte inferior de la carrocería y en el marco del parabrisas.
Además, dispone un Control de Estabilidad ESP de última generación que incluye un sistema de asistencia al viento lateral, opcional, que se activa a partir de 80 km/h.
Se presenta con tres acabados diferentes: “Passion”, “Prime” y “Proxy”, dos colores de techo, rojo o negro, y centenares de opciones y combinaciones de colores.
Su precio parte de 16.915 €, que son unos 3.500 € más que su equivalente de techo rígido. La exclusividad se paga. 
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