La edición 2016 de El Desierto de los Niños ha sido un nuevo éxito. Los 150 participantes han recorrido 2.223 kilómetros por zonas desérticas de Marruecos para llevar ayuda a colectivos desfavorecidos a bordo de 50 vehículos -20 de ellos Hyundai Tucson, Santa Fe o Grand Santa Fe-, apoyados por un camión que trasladaba dos toneladas de material y un equipo de ópticos de la Fundación Alain Afflelou que realizó casi 700 revisiones.
El viaje comenzó en el puerto de Tarifa, donde los 150 participantes y los 50 vehículos embarcaron en el ferry con destino a Tanger, para después dirigirse a Beni Mellal en la primera etapa y rumbo a Boumalne Dades en la segunda jornada, atravesando pasos a más de 2.000 metros de altura por caminos sin asfaltar, curvas y espectaculares paisajes, visitando las cascadas de Ouzoud y el puente natural de Demnate por el Atlas.
En la tercera jornada la caravana se desplazó hasta Merzouga por pistas arenosas y en la pequeña aldea de Om Lahdej se realizó la primera revisión y a la vuelta al hotel los vehículos tuvieron que transitar en medio de una impresionante tormenta de arena.
La cuarta jornada fue una de las más interesantes con la visita a la Asociación Hassilabiad, donde los niños descargaban una parte del material escolar, ropa y juguetes cedidos por Médicos del Mundo, además de realizar la segunda de las revisiones visuales a la población local. Por la tarde, la caravana se dirigió a las dunas de Merzouga para disfrutar de una auténtica aventura todoterreno con los Hyundai 4x4 en la que hubo varios ‘atascos’ que se solucionaron rápidamente.
La quinta etapa se desarrollo en Erfud, conduciendo sobre un río de arena y diversos actos en escuelas y asociaciones, entre ellos la entrega de 1.500 mochilas para niños de la zona y la última revisión de la vista. Por la tarde se entregó en el centro de Erfud un total de 1.000 paneles reflectantes para los carros de carga que mejorarán la visibilidad de este medio de transporte tan habitual en Marruecos durante la noche.
Y tras ocho días de viaje, regreso al punto de partida con la sensación del deber cumplido gracias al excelente trabajo de El Desierto de los Niños y las empresas colaboradoras.