El diseñador Christian Grande acaba de desvelar su nuevo proyecto, un concepto de villas flotantes modulares y sostenibles que son respetuosas con el medio ambiente, de muy fácil construcción y una instalación muy simple. Puede que la idea resulte extraña en una sociedad que tiende a concentrarse en las grandes ciudades, pero también hay quien busca su espacio de descanso en plena naturaleza para vivir a diario lejos del entorno urbano o disfrutar de sus aficiones, como la náutica, porque con el sistema de AbiFloat puede estar atracado el yate en la misma puerta de la residencia.
La idea de Christian Grande es construir unidades flotantes a partir de una cadena de espacios independientes que tiene grandes posibilidades en cuanto a modularidad y diseño de la estancia en plena naturaleza, porque todo está pensado para integrarse en el paisaje.
En su construcción se emplean paneles tipo ‘sandwich’ realizados con materiales reciclados, además de corcho y materiales aislantes que tienen la finalidad de ofrecer un elevado confort a la vivienda. Los revestimientos de la cubierta también son materiales reciclados, como el aluminio y la madera de teca para el suelo de la terraza-solarium. Además de uso residencial, este tipo de construcción también puede aplicarse para usos comerciales y turísticos como hoteles y centros de vacaciones.
La estructura de estas viviendas flotantes ha sido ampliamente probada. Está organizada a partir de dos niveles horizontales hechos con largueros y montantes de aluminio que dan cabida a toda la maquinaria necesaria para climatizar la vivienda, canalizaciones de agua, electricidad, etc, con una sección hueca que garantiza un buen aislamiento térmico y acústico. Esta estructura va colocada sobre módulos flotadores de 6,5 x 3,25 metros de gran estabilidad, y se van añadiendo las unidades que sean necesarias para configurar la futura vivienda.
Una de las ventajas de este sistema es que permite realizar una ampliación de la superficie habitable en poco tiempo y por un coste no muy elevado. También es fácil realizar el traslado por tierra, e incluso por agua añadiendo un motor eléctrico.
Las posibilidades de personalización son infinitas, en función de lo que desee el cliente y de la utilidad que se vaya a dar a la casa flotante. Hay infinidad de acabados para interiores y exteriores, varios tipos de muebles y domótica para controlar todos los sistemas de la casa de una forma eficiente. Si el propietario lo desea, puede tener todo tipo de conexiones a través de redes de información y datos multimedia, o bien vivir aislado de la civilización en un entorno natural.