En Mandelo del Lario, sede de Moto Guzzi, están haciendo bien las cosas en los últimos años, y eso se refleja en un acertado producto, tanto por gama como por estética, que ha tenido una buena aceptación en el mercado. Recientemente hemos asistido a la renovación de pilares importantes de su gama, como la California 1400, y ahora la firma italiana presenta una renovada V7 en el salón milanés EICMA que marcará un hito.
El modelo original data de 2007, y desde 2009 la V7 es la moto más vendida de la marca, por lo que su renovación era un aspecto delicado en el que no había margen de error. Es una evolución y también estrena una nueva denominación, V7 II, porque se adentra en la segunda generación de una moto con tres variantes: Stone, Special y Racer, a las que se añaden infinitas versiones con el amplio programa de personalización que incluye más de 90 artículos a los que se añadirán elementos de vestuario técnico y lifestyle a principios de 2015 con el sello de autenticidad 100% ‘made in Moto Guzzi’.
El diseño de la Moto Guzzi V7 II se mantiene en sus rasgos originales con un diálogo entre las formas del pasado y las exigencias de los usuarios actuales. Es una moto completamente nueva que apuesta por la tecnología, la mecánica, la ergonomía, la seguridad y la calidad de conducción con unos acabados que nunca pasan inadvertidos.
Entre las novedades mecánicas destaca un cambio de nuevo diseño y la renovación del propulsor que ya se inició en 2012 con la parte térmica, la gestión electrónica y la alimentación, continuando ahora con un nuevo generador y la introducción de la lubricación forzada con bomba de aceite. Además, la caja incorpora una sexta velocidad que ha permitido modificar las relaciones del cambio, lo que significa una mayor suavidad de uso y un consumo más bajo.
Y en seguridad hay que reseñar la introducción del dispositivo ABS de doble canal fabricado por Continental y el MGCT (Moto Guzzi Control Tracción) heredado de la California 1400, aunque simplificado en sus funciones para adaptarse a la velocidad de la V7 II, entrando en acción según la diferencia de velocidad entre la rueda delantera y la trasera, un sistema que también permite regular el calibrado de la huella de los neumáticos, compensando el desgaste o el empleo de unidades dotadas de un perfil diferente al del primer equipamiento.
El motor clásico de dos cilindros en V de 90º y 750 cc va colocado 10 milímetros más bajo y se ha girado 4º hacia la parte delantera, una solución que mejora la estética y contribuye a que baje el centro de gravedad, favoreciendo la manejabilidad y añadiendo más espacio para las piernas del piloto.