La carcasa de acero inoxidable y su perfil estrecho –tan solo 5,2 milímetros de ancho-, además de su ligereza -136 gramos-, son algunos de los rasgos más destacados de este nuevo teléfono inteligente que es uno de los productos más esperados del año, junto al LG G5, que también ha apostado por la idea de modularidad.
En su interior hay un procesador Qualcomm Snapdragon 820 con 4GB de RAM y una memoria interna de 32 GB que se puede ampliar hasta 2TB mediante una tarjeta microSD. Lleva una pantalla AMOLED Quad HD de 5,5”, cámara de alta resolución de 13 MP con estabilizador óptico de imagen y foco láser que ayuda a la hora de hacer fotos con poca luz y una cámara frontal de 5 MP con lente gran angular para que entren todos los amigos al hacer una fotografía de grupo. La batería de 3.500 mAh puede soportar hasta 24 horas de uso y lleva un sistema de carga rápida que en tan sólo 15 minutos obtiene hasta 8 horas gracias al cargador TurboPower.
Hasta aquí todo más o menos innovador, pero lo realmente interesante del Moto Z es que tiene un catálogo de accesorios denominado Moto Mods para transformar el teléfono en lo que quieras en unos instantes. Por ejemplo, se puede convertir en un potente equipo de sonido estéreo al añadir el JBL SoundBoost o en un proyector de cine de 70” con el Moto Insta-Share Projector y también tienes el Power Pack, una batería adicional que dará hasta 22 horas de energía instantánea.
El proceso de conexión de los dispositivos se realiza mediante unos imanes de gran potencia que enlazan los Moto Mods con el teléfono de forma rápida y segura
Estará a la venta en el mes de septiembre y todavía no se conocen los precios de venta del terminal ni de los accesorios.