Muy popular en Estados Unidos, la cuarta generación del gran todocamino de Toyota llega a Europa únicamente en la versión con mecánica híbrida auto-recargable (gasolina y eléctrica), tracción total y etiqueta ECO, para ser el buque insignia de la firma japonesa en el viejo continente.
 
Prácticamente todas las marcas tienen modelos SUV de siete plazas en el mercado, compitiendo todos ellos en precios y practicidad. En España, Toyota está en una posición de privilegio, pues casi copa el segmento de los grandes 4x4, con su afamado Land Cruiser.
 
Frente a ése, de vocación más rural, aparece el Highlander, que es más elegante y está mejor equipado, mide 13 centímetros más de largo y resulta más fácil de conducir gracias a su cambio automático de serie, pensado para un uso civilizado, por carretera o caminos despejados, y cuenta con un enorme maletero y gran equipamiento. Por otro lado, al estar provisto de la última tecnología híbrida, podríamos decir que es el hermano mayor del Toyota RAV4 Hybrid, con el que comparte motorización, aunque en este caso optimizada (tiene 26 CV más).
 
Mucho espacio interior
Fabricado en la factoría Toyota de Indiana (USA), a España llega con siete asientos de serie y un enorme maletero, que alcanza 268 litros con las siete plazas ocupadas o 658 con cinco. Sorprende la gran amplitud interior. Los amplios asientos delanteros son blandos y cómodos, con gran anchura lateral; la segunda fila, también muy ancha, sorprende por el abundante espacio libre y casi plano para las piernas, aunque la plaza central tenga menos mullido. Estos asientos pueden desplazarse hacia adelante (18 centímetros) para facilitar el acceso a los traseros, que obligan a sentarse con las piernas flexionadas por tener el piso demasiado elevado.
 
Técnica
El equipo motriz, de 248 CV de potencia conjunta, consta de un motor de gasolina, de 2,5 litros y 190 y otro eléctrico de 134 kW, acoplados a una caja de cambios automática de tipo variador continuo que mueve el eje delantero. Sobre el eje trasero, otro eléctrico de 30 kW trabaja en paralelo con el delantero. La batería es del tipo metal-hidruro, de 1,9 kW/h de capacidad, situada bajo el piso por delante del eje trasero.
 
Definido como un 4x4, la realidad es que el Highlander dispone de un control electrónico que se encarga de que la tracción total esté presente solamente al arrancar y cuando haya pérdidas de adherencia, repartiendo en tal caso hasta un 80 por ciento de fuerza hacia el eje trasero. El resto del tiempo funciona en modo de tracción delantera, más ahorrador en gasolina.
 
Híbrido no enchufable
El Highlander es un híbrido auto-recargable, lo que significa que no es posible recargar las baterías ‘manualmente’, con un cable a la red. En cambio, éstas se cargan automáticamente mientras se conduce y, principalmente, mientras se frena. La poca capacidad de las baterías (para ahorrar peso), significa que su autonomía en modo totalmente eléctrico se limita a dos o tres kilómetros.
 
Los híbridos auto-recargables son distintos de los modelos híbridos enchufables; estos últimos cuentan con una mayor capacidad de batería, que puede recargarse mediante un cable a la red eléctrica y, por tanto, consiguen más autonomía en modo eléctrico, del orden de 50 kilómetros.
 
Al volante
En una breve toma de contacto con el gran todo-camino de Toyota, que abarcó unos kilómetros por carretera y hasta una excursión por caminos nevados, comprobamos que viajar en el Highlander es como hacerlo en Business Class, por lo espacioso y cómodo que resulta, tanto en los asientos delanteros como en los de la segunda fila.
 
Destaca por su buena insonorización, pues los roces de las piedras en los caminos quedan muy atenuados. Su peso de 2.130 kilos en vacío (300 más que el RAV4), el gran volumen del modelo (4,97 metros de largo y 1,93 de ancho) junto con la suavidad y balanceo de la suspensión invitan a circular con cierta prudencia, pues las inercias están siempre ahí. Cuando necesitamos adelantar (acelera de 0 a 100 en 8,3 segundos), un pisotón al acelerador basta para superar la situación con solvencia aunque se haga patente el poco armonioso sonido del cambio del tipo de variador continuo.
 
Como la mayoría de modelos modernos, dispone de cuatro modos de conducción: Eco, Normal, Sport y Trail, que afinan las características del coche como la dureza de la dirección, respuesta de la caja de cambios y firmeza de la suspensión. Anuncia un consumo medio de 7 litros cada 100 km pero, como en todos los híbridos, el gasto depende mucho del estilo de conducción, primando la suavidad y la templanza con el pedal del acelerador.
 
Dos acabados
Está disponible en dos acabados diferentes: Advance (52.000 euros) y Luxury (62.900 euros). Puede financiarse por 400 € mensuales con mantenimiento y garantía durante 4 años o en Renting desde 645 euros + IVA mensuales, todo incluido.
 
La versión más equipada del Highlander está repleta de tecnología, como Navegador, Head-up display (proyección de datos en el parabrisas), cargador inalámbrico, Android-Auto, Apple CarPlay, asientos delanteros ventilados/calefactados, enormes llantas  de 20 pulgadas y hasta espejo retrovisor interior digital (para no perder visión hacia atrás si el maletero se llena hasta el techo).
 
Todos los acabados incluyen la última actualización del Toyota Safety Sense, con seguridad pre-colisión y detección de peatones, que asiste a la dirección, control de crucero adaptativo, reconocimiento de señales, mantenimiento de trayectoria, detección del ángulo muerto, tráfico cruzado posterior y parking con frenado automático.
 
Con la disminución de la popularidad de las mecánicas diesel, muchos clientes que buscan un SUV de siete plazas, grande, elegante y a precio razonable, ya piensan en un modelo híbrido, ahí es donde el Highlander está en una buena posición para arrebatar ventas a muchos de sus rivales.
 
J. Miguel Quintana (Madrid) – www.vidapremium.com
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