Con una longitud de 4,55 metros, el biplaza alemán se encuentra a la venta en dos versiones, AMG GT con una potencia de 462 CV y AMG GT S que entrega 510 CV. Por si esto no era suficiente, Mercedes ha desarrollado una versión de competición en el circuito de Nürburgring –conocido también como el ‘infierno verde’- adaptada a la circulación por carreteras abiertas y que se denomina Mercedes-AMG GT R.
 
Utiliza el mismo motor de gasolina 4.0 V8, pero en este caso se trata de un biturbo con el que alcanza una potencia máxima de 585 CV (430 kW) con un par de 700 Nm entre 1.900 y 3.500 rpm, y para soportar este incremento de potencia se han realizado algunas modificaciones en el tren de rodaje, aerodinámica y medidas de construcción ligera para rebajar el peso final de un bólido que alcanza una velocidad máxima de 318 km/h y es capaz de realizar la aceleración de 0 a 100 km/h en 3,6 segundos.
 
Concebido para la conducción en circuitos, durante su desarrollo se ha recogido la experiencia acumulada en la participación del Campeonato Alemán de Superturismos con un AMG GT3. El color exclusivo ‘AMG Green’ establece una relación visible con el ‘infierno verde’ y acredita la procedencia de este modelo directamente desde la competición. En su construcción se han empleado materiales como aluminio y fibra de carbono, realizando refuerzos en determinados puntos de la carrocería y añadiendo una aerodinámica activa y un nuevo tren de rodaje con dirección activa al eje trasero con cojinetes de rótula Uniball.
 
La concepción con motor delantero central y cambio en disposición transaxle junto al eje trasero se ha acreditado en el AMG GT y el AMG GT S y es la clave para una distribución homogénea del peso sobre los ejes, con 47,3% delante y 52,7% detrás. En combinación con el bajo centro de gravedad del vehículo, esto redunda en una maniobrabilidad extremadamente ágil y permite trazar curvas a velocidades muy elevadas. El Mercedes-AMG GT R se sitúa a la cabeza de su segmento con una excelente relación peso/potencia de 2,66 kg por CV.
 
Uno de los elementos más destacados es la parrilla frontal AMG Panamericana con 15 perfiles verticales cromados, procedente del automovilismo deportivo, que se incorpora por primera vez en un vehículo para carretera heredada del AMG GT3 y que recuerda a otro modelo, el Mercedes-Benz 300 SL que en 1952 ganó la legendaria carrera Panamericana en México. En el frontal también destaca el faldón delantero de diseño Jet-Wing, las amplias tomas de admisión de aire y las cortinas que estabilizan las corrientes de aire, mejorando el coeficiente aerodinámico.
 
A través de las llantas negras brillantes –de 19” en el eje delantero y de 20” en el eje trasero- se pueden ver las pinzas de freno de color amarillo sobre los discos cerámicos autoventilados y perforados de 390 mm, un tono que también se emplea en algunos detalles como las costuras de la tapicería. Los retrovisores en color negro de alto brillo y el techo de fibra de carbono ponen un toque de exclusividad a este modelo nacido por y para los circuitos.
 
Otros elementos destacables de este bólido matriculable son el control de tracción regulable en nueve etapas y la suspensión con resortes ajustables AMG desarrollada específicamente para este modelo, calzado con neumáticos Michelin Pilot Sport Cup2 de competición, homologados también para uso en carretera.
 
En su equipamiento de serie no faltan los asientos deportivos tipo ‘baquet’ de AMG con ajuste mecánico tapizados en napa/microfibra que ofrecen una gran sujeción lateral en maniobras de conducción extrema, combinados con cinturones de seguridad amarillos (opcionales) y un paquete lacado brillante para los elementos del salpicadero y algunos mandos específicos, como por ejemplo en nuevo AMG Traction Control.
 
A partir del 21 de noviembre se podrán realizar los pedidos y el lanzamiento tendrá lugar en marzo de 2017 para el mercado europeo.
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