La exclusividad de la Clase S de Mercedes-Benz no se limita únicamente a la berlina –disponible en batalla corta y larga-, sino que también hay una versión Coupé, modelos deportivos con el sello de la división AMG, una variante Plug-in Hybrid y también un precioso descapotable de cuatro plazas que vuelve al mercado tras 45 años de ausencia.
Y lo hace con una silueta más esbelta que nunca y con una tecnología de vanguardia que afecta tanto a la seguridad como al confort de marcha, además de unas mecánicas de altas prestaciones que van desde los 455 a los 630 CV. Los precios parten de 166.000 euros, hasta los 303.025 euros del AMG S 65 Cabrio que se comercializará en el mes de junio.
De esta forma, la oferta de cabrios de Mercedes-Benz es una de las más completas del mercado con la reciente llegada de los roadster SL y SLC, a los que ahora se suma el S Cabrio, un vehículo que deja pequeños a sus hermanos con 5,03 metros de longitud, una anchura de 1,90 metros y una altura de 1,42 metros.
Los responsables de este proyecto han querido construir el cabrio más confortable del mundo, al que han dotado de un sistema de paravientos automático denominado Aircap, calefacción integrada en el reposacabezas (Airscarf), además de cuatro asientos calefactados y control automático del aire acondicionado.
La capota de lona, compuesta por varias capas y disponible en cuatro colores, se pliega de forma automática en 20 segundos al pulsar un botón y se ha creado un sistema para que quede alojada en el maletero en una zona separada por un estor de accionamiento eléctrico que envuelve la capota sin que el conductor tenga que hacer ninguna operación de forma manual, como sucedía antes. Se puede accionar desde el exterior con la llave electrónica.
El nuevo Mercedes S Cabrio contará con tres motorizaciones, todas ellas de gasolina, con un nivel de prestaciones muy elevado. La gama comienza con el S 500 que lleva un motor 4.7 de 8 cilindros en V con una potencia de 455 CV a 5.250 rpm y un par de 700 Nm, capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,6 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h (limitada electrónicamente). Va asociado a un cambio automático 9G-Tronic de 9 velocidades y logra un consumo medio de 8,5 litros.
Los otros dos motores han sido preparados por la división AMG para impulsar a este cabrio a velocidades de vértigo. El primero es el S 63 AMG, que monta un motor 5.5 V8 de 585 CV equipado de serie con la tracción integral AMG Performance 4Matic, y el más potente el AMG S 65, con un 6.0 V12 que entrega 630 CV y un par de 1.000 Nm para lograr una aceleración de 0 a 100 en 4,1 segundos.
En la parrilla frontal con efecto diamante y la estrella de Mercedes en el interior destaca una lama de color plata, mientras que en el capó quedan marcadas dos líneas que refuerzan la sensación de dinamismo y en el paragolpes frontal se encuentran las tomas de aire central y laterales.
La vista de perfil cuando el Mercedes S Cabrio lleva la capota cerrada es una de las más bonitas gracias a un acristalamiento de baja altura, la ‘dropping line’ descendente hacia la zaga y las ventanillas totalmente escamoteables
Entre las soluciones innovadoras que adopta esta elegante berlina descapotable destacamos un panel de aluminio y magnesio que separa el habitáculo del maletero o la sección trasera del vehículo realizada en aluminio para obtener una carrocería igual de ligera que la utilizada en la Clase S Coupé. También incorpora un sistema de protección antivuelco integrado tras los reposacabezas traseros que, además de un sistema pirotécnico para disparar los actuadores, también monta unos arcos protectores que se colocan en la posición correcta impulsados por un generador de gas.
El habitáculo tiene un diseño que combina un toque deportivo con la elegancia propia de un vehículo de este segmento en el que el cliente puede elegir entre acabados en cuero, napa o un cuero exclusivo, además de seis combinaciones cromáticas que garantizan un elevado nivel de personalización.
José A. Prados – www.vidapremium.com