Viajamos a Ingoldstadt, la sede de Audi en el sur de Alemania, para visitar su centro de ingeniería y el ‘Lichtkanal’, un túnel de 120 metros de largo preparado para realizar allí sus experimentos de iluminación inteligente. Las nuevas tecnologías de iluminación, además de aportar más visibilidad y seguridad, han de ser una parte importante del diseño del vehículo, permitiendo identificar su firma luminosa a gran distancia.
El noventa por ciento de las innovaciones en las que está inmersa la marca de los aros tienen que ver con la electrónica y la iluminación; en este ámbito ha creado un competente equipo de desarrollo formado por expertos en luz y visibilidad (Dr Wolfgang Huhn), en innovación (Stephan Berlitz) y en diseño (César Muntada). Según este último: “la iluminación es tecnología, aunque también es estética, siempre sometida a la función principal: ver y ser visto”.
Luces tipo LED
Sus virtudes nos resultan familiares: son compactas, apenas se calientan, consumen muy poca energía y tienen una vida muy larga. Su primera utilización en vehículos fue como luces de conducción diurna, intermitentes y pilotos traseros. Hoy día las podemos ver como luces de carretera en vehículos de gama alta y paulatinamente se irán popularizando en todos, sustituyendo a las lámparas halógenas y a las Xenón o bi-Xenón, llamadas estas a desparecer del mercado por su alto coste y complejidad.
Pasos adelante
Más sofisticada es la tecnología Matrix LED que ya se ofrece en los más equipados Audi A8, A7, A6, TT y pronto en el Audi A4 y el resto de modelos de la marca. Sus ventajas son muchas, pues su funcionamiento se controla totalmente por software y carecen de elementos móviles, lo que aumenta su fiabilidad; utiliza un conjunto de doce grupos de luces tipo LED controlados individualmente para crear un haz muy concentrado que ilumina la carretera sin cegar al tráfico opuesto, emitiendo tantas zonas de sombra como vehículo detectado, y eliminando la necesidad de realizar el tradicional cambio de luces larga/corta. También puede crear una especie de camino luminoso, de la anchura exacta del vehículo, que se extiende por delante y permite comprobar si hay sitio para él en una zona estrecha o de obras, por ejemplo.
Láser sin peligro
Aún más avanzados, los faros Matrix Láser usan centenares de miles de puntos de luz con microespejos que transmiten una luz muy intensa y permiten controlar la longitud del haz. Aunque pueden iluminar hasta una distancia de novecientos metros, se ha comprobado experimentalmente que la medida de alcance óptimo son ciento cincuenta, un espacio en el que estos faros iluminan todo con gran nitidez.
Para eliminar sus efectos nocivos para la vista, el rayo láser incide sobre un elemento de fósforo y es este el que emite una luz muy fina, más nítida y potente que los de tipo LED, sin exigencias de tamaño de la óptica, pues el sistema está separado de ella, y dando gran libertad los diseñadores para ofrecer formas y dimensiones muy variadas de los puntos de luz. Además, asociando la información procedente de las cámaras del parabrisas, el sistema controla la intensidad y altura de la iluminación, lo que permite prescindir de los faros antiniebla.
Luz orgánica
La siguiente tecnología de iluminación en fase de desarrollo es la denominada OLED, la misma que utilizan algunos teléfonos móviles; está formada por una ‘pasta orgánica’ de moléculas emisores de luz adheridas a una placa de vidrio pulido. El resultado es una luz muy plana y uniforme, aunque carece de la potencia suficiente para sustituir a la iluminación principal.
En el plazo de dos o tres años llegarán las luces del tipo OLED curvadas, para crear un nuevo tipo de pilotos traseros con efecto tridimensional de solo un milímetro de espesor, casi como una pegatina, con una enorme libertad de formas y dibujos. Esas placas podrán ser usadas también para iluminar zonas de la carrocería del coche, como contemplamos en un modelo expuesto en el ‘Lichtkanal’. Incluso pudimos ver un prototipo que usaba miles de luces de este tipo para crear una animación en forma de enjambre en movimiento englobando las luces traseras y los intermitentes traseros. Lo más complicado será la homologación de estas ‘luces de feria’.
Hay un largo camino desde las primeras lámparas de incandescencia hasta estas recientes tecnologías de iluminación que claramente ofrecen mucha más seguridad en los desplazamientos nocturnos y una gran libertad de acción a los diseñadores, que ya se están frotando las manos.
J. Miguel Quintana – www.vidapremium.com