El éxito de la gama DS en todo el mundo es tal que, desde junio de 2014, la división de lujo de Citroën se ha independizado de su matriz para establecerse como marca independiente “Premium” con sus tres modelos, DS 3, DS 4 y DS 5, a los que pronto les seguirán otros tres más. Su objetivo está claro: seguir el ejemplo del DS 3 que, con más de 350.000 unidades, es el más vendido de la marca.
El DS 3 del que hablamos recibe algunas actualizaciones, como los nuevos faros combinados “Xenon Full LED” con tres módulos que se encienden para las luces de posición e intermitentes con encendido secuencial. En el caso de las luces de cruce y carretera los diodos luminosos funcionan al mismo tiempo que las ópticas de xenón. La visión nocturna es ahora muy potente, lo que redunda en mucha más seguridad. Además, el consumo de energía es un 50 por ciento inferior, según el fabricante.
Otro aporte tecnológico es el sistema de frenada de emergencia automática en ciudad, denominado “Active City Brake”. Dicho sistema permite evitar los accidentes por alcance a una velocidad inferior a 30 km/h o mitigar los efectos si circulamos más deprisa. Un sensor láser, situado en la parte superior del parabrisas, se encarga de detectar obstáculos y frenar si el conductor no reacciona. A diferencia de los sistemas presentes en otras marcas, el del DS 3 no es muy intrusivo y solo salta si es realmente necesario.
Por último, presume de los nuevos servicios de conectividad “DS Connect”, con sistema de llamada de emergencia y localización del vehículo, entre otros.
Con apenas 4 metros de largo, el DS 3 se mueve con soltura entre calles y a la hora de aparcar, pues dispone, opcionalmente, de sensores de aparcamiento traseros y cámara trasera de TV, todo dentro del paquete “eMyWay Cámara” (950 €).
Esas dimensiones exteriores pueden dar a entender que el habitáculo es mínimo, aunque no es así. El espacio interior está muy bien aprovechado, con muy buena amplitud en las plazas delanteras y asientos deportivos con excelente sujeción lateral.
Las plazas traseras son, lógicamente, más reducidas, con poco espacio si los ocupantes de ellas miden más de 1,80 metros; en todo caso, mejores que las de un Mini, pues tienen más espacio para las piernas y las rodillas. El maletero, de 285 litros de capacidad, tiene formas cuadradas, lo que le hace más aprovechable.
La gama mecánica es amplia, tanto en motores de ciclo diesel como de gasolina. Empezando por los primeros encontramos el BlueHDI 75, y siguen el Blue HDI 100 y el BlueHDI 120. Los de gasolina son: PureTech 82, PureTech 110 y THP 165. Para nuestra prueba hemos elegido el intermedio de gasolina: PureTech 110. Un motor de tres cilindros, que cubica 1,2 litros, con turbo e intercooler, 110 CV de potencia y 205 Nm de par máximo desde 1.500 vueltas; esta última cifra explica claramente las sensaciones que ofrece a su conductor, pues, desde poco más del ralentí, acelera con una fuerza muy superior a lo que esperaríamos de un pequeño propulsor de tres cilindros que, por cierto, apenas vibra y tiene un bonito sonido de escape.
En carretera, su tacto firme y deportivo es muy agradable. Parece mentira que su plataforma provenga del comodón C3. El eje delantero obedece sin titubear las órdenes del volante y entra en las curvas con muy poco balanceo, sin necesidad de corregir la trayectoria marcada.
En firmes deslizantes, a veces muestra alguna tendencia a seguir recto, pero se corrige fácilmente levantando algo el pie del acelerador, tras lo cual, el eje trasero ayuda a trazar la curva.
La caja de cambios es manual de cinco marchas, de recorridos precisos y rápidos de accionar. Lo peor es el tacto del pomo, pues está fabricado con algunos elementos de aluminio, muy propensas a quemar las manos en verano y a congelarlas en invierno.
En el capítulo de consumos, nos encontramos con el homologado de 4,7 litros de media cada 100 kilómetros. Una cifra que, como siempre, peca de optimista, pues nosotros hemos medido 6,8 l/100 km a lo largo de 500 kilómetros de prueba, eso sí, combinando tramos urbanos, con otros de carretera convencional y puertos de montaña a buen ritmo.
En ciudad, aprovechando el magnífico y silencioso sistema Stop/Start, el consumo es menor del esperado, pues si evitamos acelerar fuerte para que no entre el turbo, y cambiamos rápidamente a una marcha superior, somos capaces de ver en el ordenador de a bordo, cifras inferiores a los 5 l/100 km. 
Por precio, el DS 3 puede enfrentarse con ventaja a rivales como el Mini, pues la versión probada parte de 19.700 € y presume, además, de muchas posibilidades de personalización.
Resumiendo: El acierto del DS 3 es que, siendo un modelo de cierto “caché”, no apunta demasiado alto, ofrece un tacto bien equilibrado entre el placer de conducción y cierta comodidad para los ocupantes.
Elegir el motor más adecuado a cada usuario puede ser difícil, pues el turbodiésel 1.6 BlueHDI 120 CV, con sólo 3,6 l/100 km homologados, y buenas prestaciones, es otra magnífica opción.
J.Miguel Quintanawww.vidapremium.com 
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