Basado en la plataforma ‘MQB’, común a todos los modelos compactos de Volkswagen, el habitáculo del Beetle está previsto para cuatro ocupantes. Los delanteros gozan de espacio de sobra, con una postura de conducción ligeramente elevada, mientras que los traseros tendrán que acostumbrarse a un acceso algo incómodo aunque, una vez sentados, no tendrán más motivo de queja que la justa distancia al techo, sin son de gran estatura. Tampoco protestarán por el sonido que llega al interior, pues siempre está muy bien filtrado gracias a la buena insonorización del Beetle.
En marcha, buscándole las cosquillas moviéndose entre curvas a un ritmo rápido, el Beetle R-Line demuestra la solidez de su rígida carrocería. Su tren de rodaje deportivo le viene de perlas para afrontar tramos virados, con firmes apoyos en las curvas enlazadas, sin balanceos, que invitan a trazarlas cada vez más deprisa. Nos recuerda mucho a las sensaciones que transmite un Golf GTI: cómodo, aunque con ese punto de firmeza y deportividad que anima a seguir disfrutando de su conducción.
Aunque pocas, también tiene sus pegas en el apartado dinámico: la dirección es algo dura y el tacto del pedal de freno, poco progresivo, exige acostumbrarse para que no nos sorprenda con su fuerza al poco de pisar el pedal.
En cuanto al motor, el poderoso 2.0 TSI de 220 CV brilla en todos los registros de prestaciones, no en vano solo se separan 10 CV del mítico Golf GTI. Tiene un par motor máximo de 350 Nm, entre 1.500 y 4.400 rpm, lo que le sirve para exhibir unas recuperaciones fulgurantes sin necesidad de recurrir a las levas del cambio automático (acelera de 0 a 100 km/h en 6,7 segundos). Nos gusta su sonido, algo ronco, que no le resta un ápice de refinamiento, mientras que su consumo no es excesivo, como demuestran los 7,3 litros cada 100 kilómetros medidos en el conjunto de nuestra prueba.
La transmisión automatizada DSG de doble embrague y seis velocidades brilla por su suavidad y rapidez de las transiciones entre las marchas. Además dispone de levas tras el volante para manejarla secuencialmente. Lástima que sean tan pequeñas.
Falta por reseñar lo práctico que resulta su gran portón trasero, de 310 litros de capacidad, que además tiene un acceso muy fácil.
En cuanto al equipamiento de serie, cuenta entre otros elementos con Asistente al arranque en pendientes, Control de presión de neumáticos, Llantas de 17 pulgadas, doble salida de escape, Asientos deportivos, Climatizador bizona, Pantalla táctil de 6,5 pulgadas y Alerón trasero. Los opcionales son abundantes, como el Navegador Discover Media (665 €), Paquete Sport con relojes adicionales (475 €), Paquete Excellence, con faros bixenón, interior en cuero con asientos calefactados (2.590 €), Llantas de 19 pulgadas (1.435 €)…
El Beetle R-Line 2.0 TSI de 220 CV con cambio DSG de 6 velocidades cuesta 31.410 €. El más económico de los Beetle, denominado Beetlemania, es el 1.2 TSI de 105 CV, con un precio de 21.530 €. Usted elige en función del grosor de su cartera.
J. Miguel Quintana – www.vidapremium.com