El fresco y juvenil diseño del C3 replica un estilo inaugurado por el C4 Cactus, rompiendo completamente con las líneas ovaladas de la generación anterior, aunque conserva un valor importante, pues sigue siendo reconocible a primera vista como el Citroën que es. En C3 anterior, que apareció en 2002, ha sido un éxito para la marca francesa, pues se han vendido más de 2,5 millones de unidades. ¿Llegará a ser nuevo C3 también un superventas? 
 
Con un aire de todo-camino urbano y aspecto optimista, hereda muchas de las claves de diseño del C4 Cactus, como las cinco puertas, bandas laterales de goma ‘Airbumps’, que en este caso son opcionales y algo más finas, un frontal alto y poderoso y las protecciones de plástico en los bajos de la carrocería. Si, a todo eso, añadimos grandes posibilidades de personalización, con nueve tonos diferentes de carrocería, contrastando con tres techos distintos y ‘Airbumps’ coloreados, el atractivo aumenta considerablemente. Nuestra unidad de pruebas, con el acabado ‘Shine’, el más alto de la gama, aporta un color distinto en el techo, carcasas de los retrovisores y marcos de las luces antiniebla.
 
Aunque, básicamente, la plataforma es la misma que el C3 anterior, en esta ocasión se ha modificado para ampliar las cotas, pues el nuevo modelo es cinco centímetros más largo (3,99 metros), dos más ancho (1,75 metros) y prolonga nada menos que siete centímetros la distancia entre ejes (2,54 metros), con la consiguiente repercusión, para mejor, en lo que respecta a la seguridad en marcha. Solo la altura es inferior, pues la rebaja cinco centímetros para quedarse en (1,47 metros).
 
El interior es atractivo, con plásticos de buena presencia a pesar de su tacto duro, y el limpio salpicadero, remarcado por líneas horizontales, carece de botones ya que el acceso a todos las funciones se realiza a través de la pantalla central de 7,0 pulgadas que monta de serie. Lástima que a las funciones del climatizador, por ejemplo, también se acceda a través de menús de dicha pantalla, lo que supone una fuente de distracción para el conductor. La instrumentación combina relojes analógicos con una pantalla digital entre ellos. El volante tiene un diseño y tacto muy acertado, y cuenta con botones para controlar el equipo de sonido y otros sistemas.
 
En el habitáculo se nota la ganancia en espacio para los pasajeros. Los asientos delanteros destacan por su anchura, aunque ofrecen poco apoyo lumbar, mientras que los traseros tienen holgura suficiente en achura e incluso en altura sin que los ocupantes rocen con el techo. Sorprende el tamaño del maletero, uno de los más capaces del segmento, de 300 litros de capacidad. También la guantera delantera es grande.
 
La gama mecánica se compone de seis  motores, tres de gasolina, de 65, 82 y 115 CV, dos turbodiésel 1.6 BlueHDi de 75 y 100 CV y uno de gas GLP de 82 CV. Hemos probado el turbodiésel BlueHDi de 100 CV, un eficiente propulsor muy bien dotado para circular tanto por vías rápidas como por ciudad. Acelera con suficiente fuerza, es suave, suena poco y consume lo justo. Además, el excelente sistema de parada y arranque automático del motor ‘Stpo&Start’ es muy rápido y consigue rebajar unas décimas de combustible en atascos o semáforos. Declara un consumo medio de 3,7 l/100 km, que se han convertido en 5,3 l/100 a lo largo de nuestra prueba.
 
El tacto de conducción es muy parecido al del C4 Cactus, en el que la característica principal es el confort que proporciona. La carrocería tiene tendencia a oscilar en las curvas y frenadas fuertes, pero no por eso el conductor pierde confianza en la estabilidad del coche, a pesar de que la dirección es muy ligera, quizás demasiado para nuestro gusto. La caja de cambios es manual de cinco velocidades, con una palanca cuyo tacto es claramente mejorable, por la amplitud de recorrido que muestra entre las marchas.
 
Importante es la dotación en materia de seguridad y entretenimiento que se incluye de serie, a pesar de tratarse de un modelo con vocación económica. Sorprende encontrar, desde el acabado más básico, sistemas de alerta por cambio involuntario de carril y por cansancio del conductor, de reconocimiento de señales de tráfico, control de velocidad de crucero y asistencia remota en carretera.
 
La versión ‘Shine’ que nos ocupa añade elementos funcionales como la cámara trasera de asistencia al aparcamiento y el climatizador, pero lo más destacable es la ‘ConnectedCAM’, una cámara opcional, situada tras el parabrisas, que es testigo de lo que ve el conductor, lo puede compartir en la red y, más importante, servir de prueba en caso de accidente, pues graba automáticamente las imágenes antes y después del suceso.
 
Se puede acceder a un C3, con acabado ‘Live’ y motor PureTech de 68 CV de gasolina desde 11.750. El probado por nosotros, BlueHDi 100 CV, es el tope de gama, con acabado ‘Shine’, y cuesta 18.550 €. Por regla general, la estética diferente del nuevo C3 gusta a cuantos lo ven. Como además es cómodo y cuenta con motores eficientes, tiene cualidades para ser un auténtico superventas.
 
Algunos precios del Citroën C3
C3 PureTech 68 Live: 11.750 €
C3 PureTech 82 Feel: 13.500 €
C3 BlueHDi 75 Live: 14.000 €
C3 PureTech 110 Feel: 14.900 €
C3 PureTech GLP 82 Feel: 15.000 €
C3 PureTech 110 Feel Aut.: 16.200 €
C3 BlueHDi 100 Shine: 18.550 €
 
J. Miguel Quintana www.vidapremium.com
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