El Citroën C4 es uno de los modelos más vendidos en nuestro país. Ahora, con el motor tricilíndrico de gasolina PureTech, gana puntos para continuar en la primera división en la lista de ventas.
La última actualización estética, de la que el C4 ha sido objeto, no ha traído cambios en las dimensiones, pero ha ganado en empaque y sobriedad, con una imagen elegante que comienza en el frontal, donde los chevrones ganan protagonismo en la parrilla.
Mide 4,33 metros de longitud, por 1,79 de anchura, tiene un habitáculo de cinco plazas y un gran maletero, de 408 litros de capacidad, superior al de sus rivales.
Los principales cambios en el interior afectan al nuevo sistema multimedia y la eliminación de algunos botones en el salpicadero, que mejoran en buena medida su impresión visual, La pantalla táctil tiene un tamaño de 7,0 pulgadas con unos menús más sencillos que los de la versión anterior. El navegador es opcional y cuesta 500 €.
Los asientos delanteros son muy cómodos y pueden tener función de calefacción y masaje. Menos agraciadas son las plazas traseras, que son algo estrechas y, si optamos por la opción de techo de cristal (670€), dejan poco espacio para las cabezas de los pasajeros.
Bajo el capó nos espera una grata sorpresa en forma del bloque tricilíndrico de gasolina PureTech, de 1.2 litros de cilindrada, turboalimentado, que obtiene 130 CV de potencia a 5.500 rpm. Se trata de una mecánica sorprendentemente agradable, con buenos bajos y la suficiente fuerza para acelerar y mover al C4 con alegría, incluso cargado con cinco ocupantes.
Está dotado del excelente sistema Stop&Start del grupo Peugeot-Citroën, mucho más suave y silencioso que el del resto de marcas. En marcha, vibra tan poco que parece un motor de cuatro cilindros, aunque las cifras de aceleración no son las mejores, pues necesita 10,8 segundos en pasar de 0 a 100 km/h. Lo cierto es que este propulsor, como todo el coche, está enfocado al confort de marcha, ofreciendo unas reacciones suaves y progresivas, sin buscar prestaciones fulgurantes.
La caja de cambios de serie es una manual de seis relaciones, con una palanca precisa y suave de manejar aunque de recorridos largos. Para los fanáticos del cambio automático, el C4 ofrece, opcionalmente (1.300€), un moderno EAT6 de convertidor de par, de funcionamiento suave y rápido en las transiciones entre las marchas.
En cuanto a consumos, el homologado en ciclo mixto por el fabricante se queda en unos optimistas 4,8 litros cada 100 kilómetros. La realidad de nuestro recorrido de pruebas indica un consumo más alto, de 6,8 litros cada 100, bien es cierto que lo hemos realizado sin un especial cuidado a la hora de acelerar.
Dinámicamente, esta versión del C4 es uno de los vehículos más cómodos de la categoría. La dirección asistida nos parece demasiado suave, con la ventaja de que le permite defenderse perfectamente en los recorridos urbanos y el inconveniente de filtrar en exceso las sensaciones al volante. Por su parte, la suspensión trata con mimo a los ocupantes, aunque no consigue contener todos los balanceos de la carrocería cuando se abordan una serie de curvas enlazadas.
El C4 también presume de equipamientos avanzados, como la alerta de presencia de vehículos en el ángulo muerto. Este sistema enciende un punto naranja en el retrovisor de que se trate, para avisar al conductor de que un vehículo se encuentra en las inmediaciones. Otro es la alerta por cambio involuntario de carril (500€), que funciona desde 80 km/h y se activa mediante un botón a la izquierda del volante. Si el coche invade la línea del carril, sin encender el intermitente, el sistema avisa en forma de vibración en el mismo lado del asiento en el que se produce la incidencia.
El precio de la versión probada C4 PureTech 130 CV S&S Feel Edition es de 20.700 euros, aunque también hay una versión más económica que es la C4 PureTech 110 CV Live, por 16.820€.
Resumiendo: el C4 PureTech 130 CV es un modelo cómodo de suspensión y muy agradable de conducir, con un motor suave y silencioso pero que, si no somos cuidadosos con el pie derecho, llega a consumir algo más de lo esperado.
J. Miguel Quintana – www.vidapremium.com