Cada vez es más frecuente que los proveedores de piezas de recambios originales para vehículos clásicos abandonen la producción de esos componentes, dejando a los usuarios y coleccionistas con la única opción del mercado de ocasión. Pero esta situación podría terminarse gracias a las nuevas tecnologías como la impresión en 3D, que abre un gran abanico de posibilidades en este y otros muchos campos.
Hasta la fecha, la impresión en 3D se ha empleado en el grupo Volkswagen en las áreas de construcción de prototipos y equipamiento, y “ahora queremos aplicar este know-how interno para la producción de piezas de recambio”, afirma Tobías Pape, Purchasing Manager Classic en Volkswagen Classic Parts. El objetivo es producir la primera pieza de recambio vendible usando tecnología en impresión en 3D, lo que permitiría regularizar la producción de pequeñas tiradas de piezas de recambio.
Para los primeros ensayos se ha elegido una pieza que debía cumplir tres requerimiento: no ser visible una vez instalada, mínima relación con la seguridad y tan pequeña como sea posible. La pieza en cuestión es un adaptador situado entre el regulador y la maneta del alzacristal de un Volkwagen Corrado que evitaba que la maneta dañara el revestimiento de cuero interior de la puerta. Un auténtico reto por el fino estriado interno y externo del engranaje, que requiere un alto nivel de precisión.
Para generar los datos CAD necesarios para la consiguiente impresión en 3D, los profesionales de la planta de Braunschweig escanearon en primer lugar la pieza, del tamaño de una moneda de un céntimo de euro. A partir de esos datos, sus colegas del Departamento de Desarrollo de Utillaje en Wolfsburg produjeron prototipos de diferentes grados de calidad. Tras evaluar los resultados, la conclusión es que los datos obtenidos del escáner debían ser tratados previamente a la impresión 3D de la pieza.
Este proceso se está realizando actualmente usando los esquemas originales de la pieza y la propia pieza original, de manera que la tecnología 3D también requiere una dosis del clásico arte de la ingeniería. “Esta es la razón por la cual hablamos de ‘ingeniería inversa’-explica Tobías Pape-, una simple clonación de una pieza de recambio no es aún posible, desafortunadamente”.