TUDOR Black Bay Chrono Carbon 25

Poder, precisión y estética racing se funden en la nueva propuesta deportiva, una edición limitada que celebra la conexión histórica de la marca con el automovilismo a través de la innovación en materiales y un diseño que desafía al cronómetro.

Una caja completamente rediseñada en fibra de carbono, un movimiento cronógrafo de manufactura certificado por el COSC, estética inspirada en la Fórmula 1 y una edición limitada a 2.025 unidades numeradas. Así se presenta el Black Bay Chrono ‘Carbon 25’, la última apuesta de TUDOR, un modelo que refuerza el vínculo entre la alta relojería y el automovilismo de competición.

Desde los años 50, TUDOR ha acompañado a pilotos en todo tipo de trazados, desde carreteras abiertas hasta circuitos profesionales. Esta nueva creación se mantiene fiel a esa tradición, combinando ingeniería de vanguardia y estilo automovilístico. La caja de 42 mm está realizada en su totalidad en fibra de carbono, incluso en las asas, lo que reduce significativamente el peso sin comprometer la resistencia. El bisel taquimétrico, también en fibra de carbono, permite calcular velocidades con precisión, mientras que el fondo de titanio con acabado PVD refuerza su carácter técnico y robusto.

El corazón del reloj es el Calibre Cronógrafo MT5813 de Manufactura, con reserva de marcha de 70 horas, espiral de silicio antimagnético y certificación COSC. Se trata de un movimiento de alto rendimiento, con rueda de pilares y embrague vertical, desarrollado en colaboración con Breitling y perfeccionado por TUDOR con un estándar de precisión superior al de la norma oficial: variación diaria de -2/+4 segundos frente al -4/+6 aceptado por COSC.

En cuanto al diseño, la esfera abombada en tono ‘racingwhite’, junto con los subcontadores de fibra de carbono, evoca los códigos cromáticos del monoplaza del equipo Visa Racing Bulls de la temporada 2025. Las agujas Snowflake delineadas en negro y el revestimiento luminiscente Swiss Super-LumiNova grado A garantizan una lectura óptima en condiciones extremas.

Cada detalle del reloj está diseñado con la pista en mente: desde la correa híbrida con sujeciones de carbono hasta el número individual grabado en el fondo, que convierte cada pieza en una obra única. Y, aunque adquirir el coche de carreras puede parecer inalcanzable, este cronógrafo ofrece una forma accesible de vivir el espíritu de la alta velocidad.

Cincuenta años después del lanzamiento del primer cronógrafo TUDOR, el Oysterdate de 1970, la marca reafirma su legado en el cronometraje competitivo con esta edición limitada, que no es solo un reloj, sino un homenaje al rendimiento, la historia y la pasión por la velocidad.