El popular todocamino alemán actualiza su nombre, estética y acabados, y añade las últimas innovaciones en materia de conectividad.
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El popular todocamino alemán actualiza su nombre, estética y acabados, y añade las últimas innovaciones en materia de conectividad.
Desde ahora, todos los modelos de Opel con aptitudes para circular fuera de la carretera se identificarán con la letra ‘X’ tras su nombre. Se trata de la oportuna puesta al día de un modelo de gran éxito, del que se han vendido más de 600.000 unidades desde su aparición en 2012, en la que se ha aprovechado para actualizar su estética y mejorar esencialmente el diseño y calidad de materiales del habitáculo. Por si fuera poco, la cantidad de elementos de seguridad, de ayudas a la conducción y gran oferta de conectividad le sitúan entre los modelos mejor equipados de su segmento.
Según Antonio Cobo, director de la factoría de Figueruelas, la decisión de fabricar el Mokka X en Zaragoza supone un reconocimiento a la alta calidad de la planta, logrando así aprovechar por completo la capacidad productiva de la misma, con tres turnos diarios para abastecer al mercado europeo.
El Mokka X es un todocamino compacto, de 4,28 metros de largo, con cinco plazas y un maletero de 356 litros, similar al de sus numerosos competidores. La renovación afecta principalmente al diseño frontal, que ha cambiado apreciablemente. Es ahora más elegante, con una nueva parrilla, capó, paragolpes y faros, que incorporan una atractiva iluminación diurna de tipo LED. Los cambios son menores en la zaga, donde solo el diseño luminoso de los pilotos es diferente.
El cambio más notable está en el habitáculo, con materiales de mucho mejor tacto y buenos ajustes, instrumentos más claros y una pantalla central a color, entre los relojes, con información de las ayudas a la conducción y del ordenador de a bordo. En el salpicadero, ahora similar al del nuevo Opel Astra, se han eliminado casi todos los botones que lo cubrían, para dejar tan solo unos pocos interruptores y los controles del climatizador. El centro lo preside una gran pantalla táctil de 7,0 o 8,0 pulgadas, en función del sistema multimedia o de navegación elegido.
En materia de seguridad, la tecnología que incorpora es muy innovadora. Puede disponer de la cámara frontal de seguridad ‘Open Eye’, que soporta una gran cantidad de funciones, como el Reconocimiento de señales de tráfico, Indicador de distancia de seguridad, Alerta por colisión frontal, Alerta por cambio involuntario de carril y el Asistente de Luz Larga para el sistema de iluminación “LED AFL”, que cuenta con nueve ajustes diferentes de luz.
En cuanto a conectividad, incluye la última generación del sistema multimedia ‘IntelliLink’, con conexión a la mayoría de teléfonos móviles y hasta siete líneas wi-fi. También el sistema ‘Opel OnStar’, con un servicio de llamadas de emergencia automático para caso de accidente o con comunicación con un servicio atendido 24 horas en su idioma, para facilitar gran cantidad de información práctica, desde programar a distancia el navegador a facilitar la reserva de un restaurante.
En el apartado mecánico, la gama de motores no cambia. Cuenta con el 1.4 Turbo de gasolina de 140 CV y el turbodiésel 1.6 CDTi de 136. Ambos con tracción delantera o total, a elección, y cajas de cambio de seis marchas, manuales o automáticas con convertidor de par. Solo las mecánicas de tracción delantera pueden incorporar cambio automático, a excepción de la versión potenciada a 152 CV del motor 1.4 Turbo de gasolina, que dispone de cambio automático y tracción total.
En Escocia pudimos probar el motor 1.6 CDTi, con cambio manual y tracción total. Nos agradó la elasticidad y bajo consumo del silencioso turbodiésel que, desde 1.900 vueltas, se revolucionaba con la agilidad de uno de gasolina, aunque con poco brío por debajo de esa cifra.
Como el bastidor no ha cambiado, mantiene la suspensión independiente delantera y el eje trasero torsional aunque con tarado algo más rígido, que le aporta mejor control en las curvas sin afectar al confort. Sólo el mayor ruido de rodadura, procedente de los neumáticos, rebaja una nota que podría ser de sobresaliente. El sistema de tracción total es por embrague de láminas, con gestión electrónica sin intervención del conductor, quien tampoco puede bloquear el diferencial. Sólo los sistemas de control de descenso y arranque en pendiente, ambos de serie, aportan un ligero toque ‘campero’.
El Mokka X está listo para copar una buena porción de las ventas de los todocamino compactos, la de mayor crecimiento en Europa. Ya está en el mercado con tres acabados, ‘Selective’, ‘Excellence’ y ‘Color Edition’ y precios desde 21.837 a 28.378€ en gasolina y desde 23.651 a 28.183€ en diesel, a los que habrá que descontar las promociones de la marca en el lanzamiento.
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