Refrescante, floral y lleno de vida, este vino blanco con crianza en barrica elaborado por Bodegas Riojanas se convierte en el aliado perfecto para los días soleados y el tapeo al aire libre, un blanco riojano con carácter y versatilidad gastronómica.
Cuando los primeros rayos cálidos del año empiezan a bañar terrazas y tabernas, nada apetece más que una copa que sepa a sol, a campo y a fruta fresca. En ese escenario ideal aparece Monte Real Blanco Fermentado en Barrica, un vino que encapsula el espíritu de la primavera y lo eleva con elegancia.

Elaborado con una cuidada selección de uvas —80% viura y 20% malvasía—, este blanco riojano encuentra su carácter en los viñedos centenarios de Cenicero, en Rioja Alta. Las cepas, cultivadas en vaso y sin guías modernas, entregan uvas con una acidez perfecta para un vino chispeante, fresco y aromático.

La fermentación tiene lugar en barricas de roble americano de tostado ligero. Durante cinco meses, el vino se enriquece en contacto con las lías, que se remueven a diario para mantenerlas en suspensión y extraer de ellas sus notas untuosas y complejidad aromática. El resultado es un blanco con estructura y elegancia, ideal tanto para disfrutar solo como para acompañar una amplia gama de platos.

Versátil y gastronómico, Monte Real Blanco Fermentado en Barrica se luce con pescados, mariscos, ensaladas, arroces y hasta carnes blancas como el pollo. Su paso breve por la madera no resta frescura, sino que aporta cuerpo, volumen en boca y un final largo y placentero.

A pesar de su aspecto sofisticado, este vino es también un compañero cercano y accesible. A la venta en la tienda online de Bodegas Riojanas y en comercios especializados con un precio de 9 euros, se presenta como una opción de gran calidad a un coste razonable, lo que lo hace aún más atractivo para quienes buscan algo especial sin complicaciones.

Además, su trayectoria está respaldada por reconocimientos internacionales y la aprobación de expertos, aunque la mejor crítica siempre será la de quien lo disfruta. Y en los días de calor, con el sol acariciando la piel y una tapa sobre la mesa, este vino no decepciona.