El Mitsubishi ASX ha sabido hacerse un hueco entre el nutrido segmento de los todocamino gracias a unas cualidades fundamentales: diseño compacto y atractivo, mecánica diesel potente y eficiente y un acabado elevado, denominado ‘Kaiteki’, al que no le falta de nada. Ahora incluye una versión con cambio automático de seis velocidades y un gran motor de cuatro cilindros 2.2 Di-D de 150 CV, procedente del Mitsubishi Outlander.
Exteriormente, el renovado ASX ha sustituido los cromados alrededor de los faros antiniebla por unas tiras de luces LED de conducción diurna, llantas de aleación de 17 pulgadas, retrovisores con intermitentes incorporados, cristales traseros oscurecidos y barras de techo, entre otros.
En comparación con el resto de versiones, esta destaca por la comodidad que proporciona su mayor fuerza a bajas revoluciones y la presencia del cambio automático.
El 2.2 Di-D tiene una potencia de 150 CV, con un par realmente alto, de 360 Nm, que entrega a pocas vueltas, entre 1.500 y 2.750 rpm. Todo esto se traduce en una franca respuesta nada más pisar el acelerador y una gran suavidad de funcionamiento, pues la fuerza llega sin apurar el motor.
La caja automática de convertidor de par, de seis velocidades, incluye unas levas tras el volante, bien dimensionadas que, a nuestro modo de ver, tienen la virtud de no moverse mientras lo hace el volante. Esto ayuda a que, si queremos subir o bajar de marcha en una curva, por ejemplo, la leva de la derecha siempre será la que sube de marcha, y la de la izquierda la que reduce, independientemente de la posición del volante en cada giro.
El funcionamiento del cambio automático es realmente suave, con una transición entre marcha casi imperceptible, aunque no es, ni lo pretende, ser tan rápido como un cambio deportivo.
Además de la caja automática, el mayor refinamiento llega también por su acabado y equipamiento interior, pues esta versión automática sólo se vende en la versión ‘Kaiteki’, la más alta de la gama, con tapicería de piel, climatizador, control de velocidad de crucero, cámara de visión trasera, sensores de aparcamiento, entrada sin llave, arranque por botón, equipo de sondo con pantalla táctil de 7 pulgadas, regulación eléctrica del asiento del conductor, asientos calefactables y techo solar panorámico. Solo echamos en falta la ausencia de una rueda de repuesto, pues debemos conformarnos con un kit de reparación de pinchazos.
Muchos clientes utilizarán el ASX como coche familiar de diario. No es de extrañar, porque mide 4,29 metros de largo, casi lo mismo que un VW Golf, y es más habitable interiormente, con un maletero de 442 litros, que pueden llegar fácilmente a 1.200 abatiendo los asientos traseros.
El elevado puesto de conducción permite una óptima visibilidad frontal y lateral, mientras que la visibilidad trasera queda resulta por la cámara de visión trasera que equipa de serie.
Como buen todo-camino, el ASX tiene unos anchos pasos de rueda y protecciones en los bajos, además equipa de serie la trasmisión integral AWC (All Wheel Control), que dispone de tres modos de funcionamiento, seleccionables mediante un pulsador tras la palanca de cambio: 2WD para funcionar con tracción delantera exclusivamente, 4WD Auto, que reparte automáticamente la fuerza entre los dos ejes en función del estado del firme, y 4WD Lock que bloquea el reparto de fuerza entre los dos ejes y resulta muy útil para afrontar zonas de baja adherencia.
En carretera, afronta los trayectos virados con una gran comodidad, mucha más de la que cabría esperar de un todocamino de alta carrocería. El diseño de la suspensión está enfocado en ese sentido, aunque vaya cargado con cuatro ocupantes y equipaje. En todo caso, se desenvuelve mejor en vías rápidas.
En cuanto al consumo de combustible, homologa 5,8 litros cada 100 km en un recorrido mixto. El de nuestra prueba ha sido más alto, de 7,6 l/100 km. En todo caso, no es mucho considerando que es un coche de 150 CV, con carrocería alta, tracción total y cambio automático, que siempre aumenta respecto al manual.
Aunque la transmisión 4×4 y el cambio automático permiten avanzar con suma comodidad por el campo, no conviene salirse de los caminos debido a la limitada altura de la carrocería y la posibilidad de rozar los bajos al afrontar fuertes desniveles. La verdadera ventaja de esta versión la encontramos al circular por carreteras nevadas o en las excursiones al campo con la familia. Si sus perspectivas no son esas, los ASX con motor 1.6 Di-D de 115 CV, el mismo acabado Kaiteki, cambio manual y tracción delantera cuestan mucho menos: 23.950 € frente a los 29.700 € del que estamos viendo. Son 35 CV de potencia menos, pero la diferencia de precio es considerable.
Hay que recordar que el Mitsubishi ASX tiene dos hermanos casi idénticos, se trata del Citroën C4 Aircross y del Peugeot 4008, de los que se diferencia únicamente por el diseño frontal y la gama mecánica.
J.Miguel Quintana – www.vidapremium.com