Honda CX 500 Blubber

Honda CX 500 Blubber

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Una nueva creación del taller portugués que ha vuelto a dar una lección de inspiración y carácter sobre una moto clásica.

En Oporto está la gente de Ton-Up Garage, unos portugueses que están especializados en personalizar motos con estilos claramente inspirados en las décadas que comprenden desde los 50 a los 80.
Como siempre, la jugada es modular, una creación inspirada claramente en lo añejo, pero sirviéndose de los materiales y soluciones que puedes encontrar en la actualidad. Ellos te piden que les entregues tu moto y les describas tus anhelos, tus deseos, para finalmente devolverte una transformación sobre la que cabalgarás a lomos de lo que imaginaste. Así nos llega esta moto a la que han llamado ‘Blubber’ y que en su anterior vida era una Honda CX 500.
Curioso nombre el de este hierro, un término que no puede encajar mejor en este pequeño rincón grasiento del mundo de la moto. Blubber es esa grasa extra que tienen algunos mamíferos marinos, ese punto de más de energía que supone la supervivencia y la adaptación a los medios más hostiles.
Así es la Blubber, una hermosa adaptación a un medio hostil. Pero no se limita a adaptarse, estamos ante una de esas joyas que brillan con luz propia. Una vez más desde Portugal nos dan una lección de inspiración, un trabajo diferente y con carácter, no en vano desde el país luso no es raro que lleguen transformaciones de moto muy interesantes.
Ton Up Garage no sólo realiza la transformación de la moto, también tiene disponible en su tienda los componentes que ha utilizado, desde esos neumáticos Avon, hasta las colas Megaton pintadas en blanco, pasando el faro, el cupolino de aluminio y el asiento.
Se despojó de elementos superfluos a la Honda, dejando una imagen lo más limpia posible, buscando una posición de conducción Cafe Racer recurriendo a semimanillares.
El conjunto oscuro de la moto tiene una elegante contraposición por el blanco de la cinta anticalórica de los tubos y en especial por las colas también pintadas en blanco y montadas de tal forma que encajan a la perfección en toda su zona trasera, una original forma de rematar.
Las llantas que montan los Avon tienen tratamiento de pintura al polvo y van en negro y perforadas con tornillería a modo de decoración.
Para no romper el sentido minimalista del conjunto y mantener el vacío del triángulo del subchasis, se ha utilizado una pequeña batería de litio para el sistema eléctrico.

José Ángelwww.super7moto.com 

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